Aarón Cruz: "Si me metí de nuevo al fútbol fue para grandes cosas"

A una semana para el arranque del Torneo de Invierno, Aaron Cruz, tiene todas las fichas a su favor para ser el portero titular del Saprissa.

Cruz, de 26 años, vecino de la urbanización Margarita de Ciudad Quesada y el menor de tres hermanos, está listo para enfrentar la complicada misión de defender la portería morada.

Aarón con lágrimas en los ojos se había retirado del fútbol el 19 de enero del 2012, cuando jugaba con los Toros del Norte, pero regresó casi tres años después con el título de Educador Físico de la Universidad de Costa Rica en la bolsa y listo para seguir su sueño como guardameta.

–¿Qué lo motivó a volver al fútbol y no buscar trabajo como educador?

–Volví con San Carlos en Segunda División, me permitieron faltar los días que ocupara y  solo me quedaba un cuatrimestre, si tenía examen sábado podía faltar a entrenar o a jugar, fue una buena opción y yo la acepté. Fue una decisión a la que le aposté y si me metí de nuevo al fútbol fue para grandes cosas y me mentalicé en volver despacio para recuperar el nivel y la forma.

–¿Entonces fue el fútbol el que lo buscó a usted?

Bueno sí, fue en diciembre (2014) que me llamaron de San Carlos y me dieron esa opción, yo la vi bonita porque me quedaba poco en la carrera y segundo porque el gusanito del fútbol nunca se pierde.

–¿Es cierto que se retiró por las críticas de los sancarleños?

–Siento que no lo hice en el momento más debido porque como en todo lado salen chismes, pero nada de eso, la gente siempre inventa.

El retiro ya venía desde tiempos atrás y justamente en enero venía de ganar bachillerato, tomé la decisión,  solo lo comenté con mis padres y ellos como siempre me apoyaron, sinceramente no me arrepiento porque hoy en día puedo decir que tengo un título, algo que me respalda y recibí la bendición de Dios de poder volver a jugar fútbol y estoy en el Saprissa.

–¿Mejengueaba mientras estuvo retirado?

–Obviamente sí, jugaba mejengas con mis amigos y lo que hice mucho fue ir al gimnasio para correr y hacer un poco de pesas. Lo que sí pasó fue que en esos dos años y medio o tres años fue cero guantes, siempre al portero le gusta irse arriba y me gustaba atacar o ponerme en la media.

–¿Y ese tiempo sin guantes no le dio por volver, pero como delantero o medio?

Ah no, porque siempre me ha gustado ponerme los guantes, pero es algo peculiar, cuando uno va a mejenguear con los amigos no me gusta ponerme los guantes.

–¿Cuánto le sirvió ese tiempo fuera del fútbol?

–Me sirvió porque puedo decir que soy profesional en Educación Física y tengo un título que me respalde y tal vez no volví con más fuerza porque me siento igual, más maduro, con otro pensamiento, pero con la misma ilusión que tiempo atrás.

–¿Se ve en algún momento dando clases o en algún club?

–Las dos me gustan, pero me gustaría más a futuro ser preparador de porteros para transmitir todas las vivencias y lo que me falta por vivir. Uno en la vida se pone metas para ir escalando, pero eso me gustaría.

LEA MÁS: Carlos Watson pone con ventaja a Aaron Cruz

–¿Siente el peso extra de la portería del Saprissa, porque la afición no aguanta nada?

Sí, desde que llegué sé donde me metí y la gran institución que es y la gran responsabilidad que es estar en el marco morado, lo tengo clarísimo, sé todo lo que se maneja aquí. Como todo portero uno nunca quiere fallar, pero está expuesto a hacerlo, tener la mentalidad fuerte para sobreponerse a toda circunstancia.

–En el 2016 se cayó la opción de ir al Saprissa, ¿pensó que ya nunca iba a poder vestirse de morado?

–Estuve cerca en ese tiempo, pero no se pudo, el tiempo de Dios es perfecto, siempre lo he dicho y si no se pudo en ese momento fue por algo, obviamente a uno le entra eso de pensar que nunca se va a dar, pero gracias a Dios se dio y todo bien.

–¿Cuando se abre por segunda vez la puerta del Saprissa a quién se lo comentó primero?

–En eso siempre están mis papás y mis hermanos, ellos son el pilar para estar en pie día a día, pero tengo un amigo que se llama Edgar Gallardo, él me ayudó mucho para volver a San Carlos, le debo mucho a él porque entrenábamos aparte y cuando me llegó la oferta yo le comenté.

–¿Cómo fue su ingreso al camerino del Saprissa?

–Fue un sueño total, la presentación y todo, porque cuando yo estuve en una selección sub-18 nos invitaron a jugar la Copa Saprissa y me acuerdo que en un calentamiento pusieron el himno de Saprissa y yo por dentro decía: 'que lindo sería jugar en Saprissa' y bueno, dicho y hecho, cuando me presentaron recordé y me dije 'mira donde vine a parar'

–¿Lo chinean mucho en su familia por ser el menor?

–Entre todos nos chineamos porque somos una familia muy unida, somos bendecidos y nos hemos mantenido unidos todos, y sí, soy el menor y como dicen el bebé de la casa.

–¿Es de familia deportista o es el único?

–Mi hermano (Alfonso) fue nadador y fue campeón nacional en mariposa y mi hermana (Karla) practicó atletismo, siempre mis papás nos incentivaron a hacer deporte para alejarnos de todo vicio y cosas negativas.

–¿Qué es lo que más extraña de San Carlos?

–A mi familia, porque es difícil, toda mi familia es de Ciudad Quesada y aquí no tengo a ninguno, Me toca hacer todo, al inicio fue duro, pero tuve una ventaja, cuando me vine a la Universidad de Costa Rica vivía con mi hermano, entonces, me acompañaba mucho con él e intercambiamos los quehaceres, pero desde diciembre vivo solo y ya me acostumbré a cocinar, limpiar y sobrevivir, lo que no me gusta es lavar ropa.