Deportes

Guarda del Morera Soto fue cómplice de la mejor foto de la boda de Carlos Mora

Conozca la tierna historia de amor de una de las figuras de Alajuelense

EscucharEscuchar

Una imagen de Carlos Mora, extremo de Alajuelense, en la que sale junto a su esposa, Pamela Mora, en la gramilla del estadio Morera Soto luego de su boda, se robó el show en las redes sociales.

Algunos destacaron la fuerza y el significado de la imagen, porque mientras muchas parejas eligen diversas locaciones para hacerse fotos en un día tan especial, ellos querían hacerlo en la Catedral.

“Carlos Mora debe ser el tipo más manudo que existe”, era un comentario muy recurrente ante una idea que muy elogiada por parte de aficionados que dicen que les gustaría hacer lo mismo.

En este Día de San Valentín, buscamos al futbolista para que nos hablara de la historia detrás de la foto y cómo han sido sus primeros 11 meses de casado, un paso que no tuvo dudas en dar a sus 21 años, pues está con el amor de su vida.

- ¿Cuál es la historia detrás de la foto y por qué eligió ese lugar para ir a hacerla?

La verdad es que es una foto muy especial para mí y para mi esposa, porque aparte que somos envenenados liguistas, es una foto muy emotiva para nosotros.

La historia es que nosotros tuvimos nuestra sesión privada, de fotos en la boda, teníamos nuestro fotógrafo y todo, pero esto fue algo ocasional, que surgió de repente.

Yo me casé en el Bosque Mariposa que está para arriba del estadio, recuerdo que veníamos bajando y pasamos por el estadio y ahí es donde le dije a ella: ‘Amor, vamos a tomarnos una foto al estadio’, y ella me responde: ‘No creo que nos dejen’, y yo le decía que sí, que fuéramos, porque es un recuerdo que vamos a tener, algo importante que nosotros amamos mucho también y ya que era un día especial, lo hiciéramos en un lugar tan especial para nosotros como es el Morera, más uno que ama los colores.

Recuerdo que llegué al estadio, salió el guarda y yo le dije que veníamos de casarnos, que por favor nos encendiera las luces y nos dejara tomarnos una foto porque era de madrugada, creo. Puede haber sido como la 1 a.m., 12 de la noche, ya era bien tarde.

¿Cuando el guarda lo vio qué le dijo? ¿Se sorprendió de verlo ahí?

Claro que se sorprendió, pero bueno, cuando me vio, me saludó y muy amable nos dejó entrar y nos ayudó. Si es claro que se sorprendió bastante, pero no tuvo por qué decirnos que no, era un día especial para nosotros, algo que era importante

¿Quién les hizo la foto?

Nosotros ese día veníamos con un amigo de nosotros, que lo íbamos a dejar y le pedimos el favor que nos tomara la foto, que la verdad quedó muy bien. Se llama Jeremy Suárez.

¿Tiene la foto en un lugar especial de la casa? ¿Ya le puso un marco y la guindó en la pared?

En eso estaba pensando yo, en hacerle un espacio bonito para poner la foto, la tenemos guardada en un librito que tenemos, porque yo sí quiero eso, en ponerle un marquito y ponerla en la casa, porque es algo muy emotivo para nosotros.

Ese día se habrán hecho muchísimas fotos, ¿esa es su favorita, la más especial por todo lo que significa?

Sí, sí, claro, todas las fotos son especiales, pero esa en particular es muy diferente y emotiva, a mí la verdad es que tener la oportunidad de jugar aquí, en el equipo de uno y poder ir y tomarse una foto así, es algo muy especial que creo que muchos desearían hacerlo. Me siento privilegiado de estar acá en la Liga y en un estadio que amo con todo mi corazón.

¿Vio los comentarios en redes cuando salió la foto? Porque mucha gente se identificó mucho con la imagen y decía que quería hacer lo mismo.

Sí, sí, por ahí vi comentarios que la gente estaba muy divertida y poniendo cosas bonita, eso me alegra también porque son cosas que a uno lo motivan, que la afición ponga cosas buenas de uno.

¿Qué dice su esposa de la foto? ¿Le gustó tanto como a usted?

Sí claro, ella estaba contentísima, recuerdo que la hicimos, nos fuimos y quería subir la foto de una vez. Le dije que le diéramos tiempo para subirla en el momento justo. Para ella fue un fotón, estaba muy feliz. Nosotros todavía la vemos y sentimos una vibra muy especial, una imagen que tendremos siempre en el corazón.

Aunque usted aún es bien joven, ¿no le dio miedo tomar un paso tan importante?

No tenía dudas, con ella yo pasé muchas aventuras, muchas vivencias, ella dice que no es perfecta, pero para mí lo es porque es sincera, amable, es todo lo que yo quería. Nos conocimos, vivimos muchas cosas y sabía que es la persona con la que quiero estar todo el resto de mi vida.

Antes de casarse, ¿cuánto tiempo tenía de conocerla?

Antes de casarnos fuimos novios como por año y medio, yo estuve un tiempo viviendo con ella en la casa de sus papás, porque me quedaba cerca del CAR, porque su familia vive cerca, yo soy de Escazú. Hablando tomamos la decisión que era lo mejor y acá estamos, siempre para adelante.

¿La propuesta de casarse la hablaron antes o un día solo la sorprendió?

Nosotros lo hablamos bastante, ella o yo salíamos con el tema, hubo un momento en que salió, me acuerdo que un día estábamos acostados y hablábamos que lindo sería casarse y formar una familia y yo le dije: ‘Amor casémonos, yo estoy seguro, yo quiero eso y si usted quiere, vamos para adelante luchando juntos ante cualquier cosa’. Ella me dijo que se sentía igual y fuimos viendo todo poco a poco para lo del matrimonio.

¿Cómo fue cuando le dio el anillo?

Cuando éramos novios, yo a ella le había dado un anillo que se llama “Anillo de compromiso”, con una promesa que algún día llegaría el día de casarnos y, bueno, se la cumplí.

Luego ya conseguimos los anillos para la boda y se lo di por sorpresa, la llevé a un lugar en Escazú y en ese lugar le compré como un quequito y ahí le metí el anillo. Ella se lo estaba comiendo y vio que lo salió algo, sacó el anillo y entonces yo salí de repente, porque en el lugar me ayudaron.

Ella se estaba comiendo el queque porque se lo llevaron, pero yo no estaba, yo salí para recoger unas rosas, estaba esperando que se lo comiera para que cuando se diera cuenta aparecer detrás de ella con el ramo, ahí estaba con las rosas y fue cuando le dije ya si se quería casar conmigo.

En su caso ya se ha hablado la posibilidad de jugar en el exterior, ¿ha habido ofertas? ¿Es algo que ya han conversado, irse a vivir afuera?

Sí claro, ya lo hemos conversado, cuando salió esto del Sheriff (de Moldavia), estuvimos hablando, ella sabe que en cualquier momento puede pasar. Está consciente que si toca, nos vamos y estamos allá los dos más unidos que nunca y para adelante, así es nuestro pensamiento, esperando las bendiciones de Dios.

¿Con el matrimonio siente que su perspectiva de vida cambió?

Sí, creo que uno aprende a asumir más responsabilidades, más que todo en la casa, las cosas cambiaron, es cierto, pero para bien, en esta vida así usted tenga 20, 40 o 60 siempre algo se aprende y ahí hemos ido aprendiendo cosas juntos

¿Cómo le va en la vida del día a día de casado? ¿Se reparten funciones? ¿Qué le toca hacer?

Por supuesto, eso hacemos, nos repartimos las funciones, ella cuando yo no estoy hace cosas, yo vengo a entrenar por las mañanas, entonces desayuna sola y a veces le toca almorzar sola también.

Yo siempre estoy pendiente de lo que ocupa ya cuando llego en la tarde, lavar los platos, barro y demás porque ella es la que cocina, yo a veces hago algunas cosillas, pero no mucho, pero ella es la que cocina, ahí le va espectacular, es toda una chef.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.