Cinco meses de pesadilla llevaron al límite a Jonathan Moya

El delantero morado Jonathan Moya no pudo contener las lágrimas luego de hacer el pepino del triunfo ante Guadalupe FC, su primer gol desde diciembre del año pasado cuando jugaba en el fútbol de Ucrania.

El baldazo que caía en Tibás lavó su cara y disimuló un poco el momento, pero el sentimiento estaba ahí. El espigado atacante vivió una pesadilla que lo dejó sin equipo, sin salario y sin la posibilidad de jugar, según las reglas de FIFA.

Moya contaba con minutos y regularidad en el Zirka de Ucrania, hasta que en diciembre iba a ser vendido al fútbol de Israel, pero su pase internacional nunca llegó por lo que no podía fichar con un tercer club sin romper las reglas de traspasos de FIFA.

"Fue algo muy difícil para mí porque no jugué en cinco meses. Mi último gol fue en diciembre. El pase internacional nunca llegó y no pude fichar con ningún equipo. Pasé seis o siete meses sin salario, por lo que vivía de mis ahorros, en ese momento mi hijo tenía tres meses y me angustiaba mucho que podía pasar con mi familia", comentó el delantero.

En el momento de la celebración, lo primero que hizo Jonathan fue correr hacia donde su esposa, Andreína Rosales, porque solo ella y su familia saben realmente lo que sufrió el futbolista, de 25 años, desde diciembre.

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Era una mezcla de felicidad con desahogo, el gol lo hizo revivir toda la pesadilla, los momentos en los que se desesperó por su situación y en los que llegó a pensar si podría seguir siendo futbolista profesional, pues se sentía a la deriva.

"Se me vinieron muchísimas cosas a la mente, recordar todos los momentos difíciles, estaba además la frustración de no haber anotado en las primeras jornadas. Ahora espero que este gol me dé un aliento más para salir a la cancha con mayor motivación. Esto es el premio que Dios nos da después de pasar tiempos tan duros", dijo Jonathan.

Por la situación el atacante tuvo irse a vivir con sus papás y luego con sus suegros mientras esperaba que pasara el tiempo y su futuro se aclarara, para su fortuna en el Saprissa le abrieron la puerta de nuevo.

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"Las cosas que pasaron eran cosas que se salían de mis manos cuando iba a ser traspasado, mi último gol fue en diciembre que fue mi último torneo oficial. El profe (Carlos Watson) me abrió las puertas, espero seguir pagando el apoyo al equipo con goles", agregó Moya.

Con la motivación en alzada, Jonathan espera alejar los tiempos duros de su vida y a puro gol crear nuevos y lindos recuerdos.