Deportes

Dylan sueña con acompañar a su hermano Yeltsin en Rusia 2018

El menor de los Tejeda abandonó Saprissa en busca de una oportunidad

EscucharEscuchar

La palabra rendirse no existe en el vocabulario de los hermanos Tejeda, mientras Yeltsin está en la Copa Oro buscando regularidad para volver a ser titular con Óscar Ramírez, su hermano Dylan decidió dejar Saprissa para volver a su tierra y buscar su ansiado debut en la Primera División con Limón FC. 

Dylan, de 21 años, es el hermano menor de Yeltsin y salió igual de luchador que el contención del  F.C. Lausanne-Sport de Suiza, por eso se armó de valor para dejar Saprissa después de siete años de estar con los morados.

A los 14 años Dylan abandonó el Caribe para ir a vivir a la capital con sus hermanos mayores Josimar y Yelstin porque consideró que en San José tendría nuevas y mejores oportunidades para crecer como estudiante y jugador de fútbol.

Por esas vueltas de la vida, Dylan volvió a Limón por las misma razón que lo dejó, en busca de oportunidades y se puso tres metas muy claras: ganarse un puesto en el equipo titular y, por ende, debutar en la primera división.

Buscará darse a conocer y consolidarse como futbolista, con la finalidad de atrapar un tercer objetivo: ser convocado a la Selección Nacional.

–¿Cuál fue su paso por el Saprissa?

Llegué a la categoría 95 (tenía 14 años). Ahí estuve seis meses y pasé a la u-15 que jugaba UNAFUT. Poco a poco pasé a la sub-17, después al alto rendimiento y luego me mandaron a la Segunda División con el equipo de Generación Saprissa (antiguo Saprissa de Corazón). Ahí permanecí desde los 18 hasta los 21 años.

–¿Entrenó en algún momento con primer equipo?

–Sí, cuando estuve en el alto rendimiento. Ronald González era el técnico del primer equipo y él me ayudó mucho. Los fines de semana jugaba con el alto rendimiento y una vez que me enviaron a la Segunda División esporádicamente también entrenaba con la primera.

–¿Llegó a estar en el banquillo de los suplentes del primer equipo?

Sí, dos veces, una fue durante un juego contra Belén y la otro frente a La Liga en el Estadio Nacional.

–¿Tuvo chance de debutar?

–Sí durante el primer juego. El partido estaba empatado uno y el profe González quería cerrar ese marcador o aumentar al 2 a 1. Sin embargo, en ese momento estaba Douglas Sequeira y entonces él optó por la experiencia y lo metió como contención. Contra Alajuela estuvo más difícil, esa vez estaba en la banca porque muchos jugadores estaban lesionados.

–¿Cómo fue su experiencia en Segunda División?

Muy buena. No pensé que a tan corta edad iba a poder jugar en ese fútbol tan físico. Son canchas más difíciles y hay mucho jugador experimentado que llega a jugar con mucho colmillo, como decimos popularmente. Gracias a Dios agarré mayor roce. Por ejemplo, como meter el cuerpo, pensar más rápido, tener la jugada lista. Los mismos compañeros le ayudan a uno y ahí poco a poco se me dio.

–Alguno de sus compañeros en Segunda División logró llegar a Primera?

–Randy Chirino y Jimmy Marín. El primero sigue en Saprissa y Marín se fue para Heredia.

–¿Por qué usted no debutó?

–Lo que me faltó fue la oportunidad, algo que si recibieron algunos otros compañeros. Nunca, se me dio chance. Únicamente Ronald González me tomó en cuenta, pero fue más que todo por lesión de otros jugadores.

–¿Cree que tenía las condiciones necesarias?

–Sí, llegué al equipo en un momento en que a los jugadores los preparaban muy bien. Siento que estaba calificado para aplicar todos los conocimientos adquiridos y con ello poder dar el gran salto. Sin embargo, le repito, la ocasión no tocó a mis puertas como si a las de otros.

–¿Cuál fue su relación con Carlos Watson?

–Me vio, pero nunca hablé nada con él. Nunca me externó ninguna palabra. Sin embargo, el “Puro” Ureña sí me ayudó mucho. Igualmente Roy Myers y Douglas Sequeira

–¿Y con Paulo Wanchope?

–El profe me quiso ayudar, quería mandarme a préstamo. Incluso, quería mandarme a préstamo a Limón, pero nunca se dio.

–¿Cuál era su situación contractual con Saprissa?

–Aún me quedaba un año de contrato, pero como caí en una especie de limbo al eliminarse el equipo de la Segunda División, tomé la decisión con mis papás de pedir la carta de libertad y buscar nuevos horizontes.

–¿Con qué ilusión viene a Limón?

–Con el gran anhelo de dar el gran salto. Aquí estoy muy feliz y agradecido con Dios. Imagínese, al lado de mis padres, mis amigos y entrenando con el equipo de Limón. Quiero ser titular, debutar, trabajar al máximo, darlo todo durante los entrenamientos y aprovechar la primera oportunidad que se me presente.

–¿Le pedió consejo a tu hermano?

–Desde que ando metido en esto cualquier decisión que deba tomar primero la consulto con mis padres y luego con mis hermanos. Yeltsin me dijo que si lo que yo quería era pedir la carta de libertad porque deseaba un mejor futuro, pues que lo hiciera, que él me apoyaría y que todos íbamos hacia adelante.

–¿Alguien que sea motivo de ejemplo para usted?

–Tengo varias figuras de inspiración, pero me quedo con mis papás. Han dado todo para que los cinco hermanos siempre tengamos su apoyo y nunca nos falte nada.

–¿Cómo fueron sus primeros años en Limón?

–Hice la primaria y hasta segundo año de secundaria en la Escuela Adventista de Limón. Jugué en el equipo de Julio Fuller. Ahí fue donde di mis primeros pasos. Josimar Pemberton y Davon Green fueron compañeros míos.

–¿Por qué surgió la idea de abandonar Limón tan joven?

–Enrique Díaz vino una vez de visor. En la cancha de RECOPE hicieron una pruebas y a él le gustó mi estilo de juego y se me abrió la oportunidad de jugar con el Deportivo Saprissa y terminar los estudios. 

–¿Cómo le fue al inicio?

–Al principio fue muy difícil, me costó bastante porque sentía nostalgia por mis padres y mis amigos. Sin embargo, gracias a Dios estaba con mis dos hermanos. Las cosas se fueron normalizando muy rápido por la buena relación que tenía con Josimar y Yelstin. Nosotros mismos nos cocinábamos, vacilábamos mucho.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.