Pablo Gabas nos regaló el domingo una lección de liderazgo dentro del terreno de juego.
La acción se dio cuando el jugador tico-argentino le puso la mano izquierda en la boca del defensa Kenner Gutiérrez, quien se alteró más de la cuenta luego de una falta que provocó su expulsión, (sumó la segunda tarjeta amarilla), en el juego contra Limón, al minuto 90.
Kenner estaba como agua para chocolate con el árbitro central Keylor Herrera, por lo que Gabas decidió taparle la boca para que no se embarrara más de la cuenta con los reclamos.
Gabas indicó que Kenner no se molestó con él por lo que le hizo y que tampoco le reclamó después del juego.
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"Fue un partido con mucha tensión, porque acabábamos de empatar, pero se estaban dando jugadas que te sacan de quicio y el juego se estaba tornando caliente", dijo.
"Nadie quería perder y cuando (Kenner) hace la falta ( contra Keyder Bernard) noté que estaba muy enojado y hablándole de una manera muy fuerte al árbitro. Uno se puede enojar, pero hay que tener cuidado con la autoridad, que es el árbitro. Le tapé la boca para que no dijera nada fuera de lugar", explicó Gabas, de 35 años.
Pablo recordó que ahora se debe ser muy cuidadoso porque la Unafut se basa en videos para sancionar y a la Liga no le sirve perder a ningún jugador, muchos menos a Kenner que es fundamental para el equipo.
Gabas cree que a su compañero lo sancionarán con al menos un partido de suspensión, aunque se deberá esperar a conocer el informe arbitral para saber si la sanción es mayor.
Con McDonald también puso orden
Sin embargo, el domingo no fue la primera vez que Gabas asumió su papel de líder, ya que el miércoles pasado intentó calmar a Jonathan McDonald cuando el delantero se volvió loco tras recibir un planchetazo del jugador de la UCR, Andrés Castro. Esa noche la Liga ganó 2-1 a los universitarios.
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Al BigMac le molestó que el celeste no fuera expulsado ante lo que consideró una falta grave, por lo que al final del juego Gabas tuvo que sostenerlo para que la cosa no pasara a más. Jonathan estaba tan chiva que a Gabas tuvieron que ayudarle José Salvatierra y el técnico Wílmer López.
"Creo que existe un poco de impotencia de parte del jugador por algunas faltas que no le marcan y se toma la iniciativa de protestar, lo cual no nos ayuda. La idea es que los chicos sepan controlar la impotencia en el momento.
"Yo entiendo la calentura, pero eso no nos ayuda en nada", indicó Pablo, quien reconoce que él también se enoja, pero se controla más.
De hecho, nunca ha sido expulsado por reclamar o enojarse, sino por jugadas donde metió la pierna de más contra un rival.
Gabas considera que la experiencia le ha enseñado que no es conveniente perder a jugadores en mejengas importantes, por lo que él intenta que eso no les pase.
Pablo asegura que por dicha los futbolistas lo respetan.
"Yo creo que me he ganado el respeto de mis compañeros, a muchos los vi debutar y los apoyé en algún momento. Trato de darles consejos, porque he compartido casi toda su vida futbolística", indicó Gabas, quien es administrador de empresas.