El árbitro Ricardo Montero representó muy bien la realidad del arbitraje costarricense la tarde del miércoles cuando se fue al piso.
Montero se pegó un resbalón, que fue lo más divertido en gran parte del partido Santos - Herediano, que se jugó en el estadio Ebal Rodríguez.
El central se levantó con ayuda de Osvaldo Rodríguez y después de acomodarse todo, porque quedó como destramado, trató de seguir como si nada. Antes muerto que sencillo.
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