Nada hay nada más confiable para un saprissista que la saprihora, ese momento del partido en el que no queda otra cosa a la cual encomendarse para ver si acaso se sacan puntos.
El Monstruo derrotó 2-1 a Guadalupe aplicando la vieja confiable, esa que le sirve para tener casi asegurado el segundo lugar del torneo, con 40 puntos, a siete del Santos, un equipo al que aún le quedan nueve unidades en disputa.
La "S" ganó este domingo de la misma manera que en la primera ronda, en la jornada 9, cuando pudo doblegar 1-0 al cuadro josefino hasta al cierre del encuentro, momento en que el ímpetu y orden guadalupanos se distrajeron de manera fatal.
Para lástima de los morados, la saprihora no viene con el buen juego incluido, son elementos que se compran por separado por lo que les toca conformarse solo con los tres puntos. A algunos con eso les alcanza, para unos un toque más críticos no basta.
Por más que se enojen en Saprissa o Carlos Watson (últimamente apodado tío Gruñón) hay que decir que el equipo no juega bien. En defensa no da una, en la media si no está Mariano Torres no arma ni un lego y en la delantera se insiste con Jerry Bengtson, que no le mete ni un gol al arcoíris con una bola del tamaño de la esfera de piedra del parque La Merced.
Saprissa enseña lo que hay. Alardear con que se gana no alcanza, sino el cómo se gana, qué enseña el equipo para el futuro o si tiene lo necesario para frenar a una maquinaria tan aceitada como la que aparenta ser el Herediano.
Un equipo como Guadalupe, con todo y sus limitaciones, puso en broncas a un Saprissa que no puede justificar que la expulsión de Julio Cascante, a los 22 minutos, fue lo que lo complicó porque hasta el empate de Guadalupe, al minuto 66, no se veía la diferencia.
Parece severa una roja más para el limonense, pero es verdad que Cascante hizo perder el equilibrio a Daniel Quirós, que iba solo de cara al marco con una opción muy clara.
A pesar de la roja, el Sapri siguió manejando la mejenga, hasta que en una torpeza de la zaga de "Guada" agarraron en el área a Jaikel Medina con lo que Adrián Elizondo pitó un penal que Mariano Torres cambió por el 1-0 a los 41 minutos.
Al desnudo
En el regreso del descanso el guion siguió similar hasta que cayó el empate, que desnudó una vez más que la defensa de Saprissa anda perdida desde hace rato. Josué Rodríguez ganó la carrera por la izquierda a Marvin Angulo y echó un centro al puro corazón del área donde llegó a cerrar de cabeza Ronald Mauricio Montero.
¿Adónde estaba la defensa de Saprissa? Sepa Judas, otra vez dormida, por más que tanto le moleste a tío Carlos escucharlo. La peor forma de enfrentar un problema es negarlo y esa es la manera como parece que los encaran en Tibás, arrugando la cara cada vez que les dicen.
Con el empate a Guadalupe le cayó la peseta de que podía ganar la mejenga y ahora sí se notó el hombre de más, proponiendo, creando y pisando más el área contraria que el rival. El punto hubiera sido una gran ayuda tomando en cuenta la parte de abajo de la tabla.
Lo que pasa con equipos como el Monstruo es que aunque se vean mal, con una que les queden salvan los panes y eso pasó de nuevo con el pepino de Marvin Angulo, a los 90.
El jugador pegó un tiro libre con engaño, la pecosa picó en el área y ese rebote se comió a Luis Torres, que hacía un muy buen juego. El morado puso a los morados a celebrar, que se vale, como cualquier victoria, allá los que no quieran ver más allá.