Como si fuera la cinta de los Hombres X, en la que los humanos y mutantes pasan agarrados del moño por una supuesta cura contra la mutación, así están en Brasil las autoridades y los grupos de defensa de la comunidad gay.
Una sentencia en ese país sudamericano, abrió la posibilidad de tratar la homosexualidad como una enfermedad, lo que desató una batalla judicial que este viernes se desplazó a las calles, con protestas en Río de Janeiro y Sao Paulo para pedir su revocación.
El juez Waldemar de Carvalho ordenó el lunes pasado al Consejo Federal de Psicología (CFP), que deje de impedir a sus afiliados atender consultas sobre ”(re) orientación sexual”, algo que, para la entidad, permitiría encuadrar a la homosexualidad como si fuera una patología reversible.
La reacción contra “la cura gay ”, como es conocida en Brasil, fue inmediata.
El CFP aseguró que la sentencia del juez respondía a una solicitud de defensores de esa práctica, la cual representa una violación a los derechos humanos y carece de base científica.
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La comunidad LGBT también repudió una medida que, según sus detractores, busca debilitar los derechos de los homosexuales.
”¡Ser LGBT no es una enfermedad! Contra los retrocesos y la pérdida de derechos”, se leía una de las pancartas de la marcha en Río de Janeiro.
En Sao Paulo, la premisa es exigir la revocación inmediata de la medida cautelar de la "Cura Gay”.
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Según el Consejo Federal de Psicología, esa medida va contra del posicionamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que definió a la homosexualidad como una variación natural de la sexualidad humana.
Conocido en el mundo entero por la sensualidad de su carnaval y de sus playas, Brasil tiene una vibrante comunidad homosexual que convive con grupos religiosos y de influencia que atacan verbal y físicamente a la comunidad LGBT.