Sí, caminemos hacia la calma como un proceso consciente, que implica hacer una revisión del aporte individual de cada uno de nosotros, en medio de esta pandemia.
En estos días escuché y leí en redes sociales comentarios que con respecto a lo que está haciendo el Gobierno.
Ciertamente, le corresponde a nuestras autoridades definir las estrategias de manejo de la pandemia, pero esta es una realidad que nos implica a todos. Aunque suene reiterativo, el lavado de manos, el uso de cubrebocas, los protocolos para tos y estornudos, todo suma.
Cada acción individual, puede marcar la diferencia en tu burbuja social para evitar contagios y aplanar la curva, de esta ola de aumentos que estamos teniendo.
Nuestra motivación no debe ser otra más que un acto de amor que nos permita tomar conciencia de cuidar a aquellas personas que forman parte de nuestro círculo de vida, así que, en la calle, en el transporte público, en el supermercado y en nuestros lugares de trabajo tenemos que tener conciencia del cuidado y acatamiento de las normas.
Esto realmente marca la diferencia y hay realidades de orden social, laboral, familiar, personales que han hecho de este proceso una pesada carga a muchos niveles. Puede ser que se camine con una sensación de desesperanza, angustia y una enorme preocupación, pero al lado de todo esto, requerimos una conciencia de acción para procurar una vivencia más sana, no solo en lo emocional, sino en lo que respecta a nuestra salud física.
Todos estamos llamados a cuidarnos, protegernos y caminar en la lógica de un día a la vez, desarrollando una conciencia que nos permita el mayor distanciamiento social, pero a la vez, la mayor esperanza, siendo solidarios y apoyándonos mutuamente. Es así que vamos a salir adelante, acatando las medidas del Ministerio de Salud y cumpliéndolas por el bien de todos.