Viaja 2.000 kilómetros para escuchar el corazón de su hija muerta

Bill Conner pedaleó más de 2.000 kilómetros desde su hogar en Madison, Wisconsin, hasta Fort Lauderdale, Florida para visitar el Broward Health Medical Center, el hospital que recuperó los órganos de su hija para donarlos cuando falleció en enero.

Su hija estaba de vacaciones de verano junto a su hermano y ambos fueron encontrados inconscientes en una piscina en Cancún.

Su hijo Austin se salvó pero Abby tenía daño cerebral, por lo que fue trasladada a Fort Lauderdale con soporte vital para garantizar que sus órganos se pudieran donar.

A sus 16 años, cuando Abby obtuvo su permiso de conducir, la joven se inscribió como donadora de órganos.

Gracias a este gesto Loumonth Jack Jr., de 21 años, recibió un trasplante con el corazón de Abby justo a tiempo, ya que sus doctores solo le diagnosticaron 10 días de vida debido al daño que sufrió producto de un infarto.

"Estos es lo que mi hija habría querido que hiciera" explicó al canal de noticias CBS.

Jack accedió a encontrarse con el padre de la persona que le donó su corazón. El emotivo encuentro se dio el día del padre.

El joven le regaló para el día del padre la oportunidad de escuchar el latido del corazón de su hija.

Con la ayuda de un estetoscopio Conner escuchó los latidos de su hija y ambos empezaron a llorar. Además, la familia de Jack hizo una grabación con los latidos de su hija para que el pueda seguir escuchándolos mientras sigue su viaje.

Donner hizo el viaje para generar consciencia sobre la importancia de donar órganos.