Un zafarrancho se armó en Estados Unidos este sábado entre supremacistas blancos y neonazis y contramanifestantes.
Las protestas dejaron una persona muerta y varios heridos luego de que un carro se llevará una multitud de personas que criticaban a los neonazis, según informó el alcalde de Charlottesville, Virginia.
“Tengo el corazón destrozado porque se haya perdido una vida aquí”, escribió el alcalde Mike Signer en Twitter.
“Exhorto a toda la gente de buena voluntad a que se vaya a casa” y se aleje de las manifestaciones, dijo el presidente estadounidense, Donald Trump, quien no condenó a los supremacistas blancos.
“Condenamos en los términos más firmes posibles esta exhibición atroz de odio, fanatismo y violencia”, dijo el mandatario a la prensa desde Bedminster, Nueva Jersey, donde está de vacaciones.
Los grupos de la derecha radical querían denunciar y oponerse en forma unitaria al proyecto de Charlottesville de retirar de un espacio municipal la estatua del general confederado Robert E. Lee, quien luchó a favor de la esclavitud de los negros durante la Guerra Civil estadounidense.