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(Video) ¿Pacto con el diablo en cementerio de Colombia?

Decenas de gatos se pasean por las tumbas del camposanto de Mompox

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En un remoto pueblo de Colombia, que inspiró una de las novelas del escritor Gabriel García Márquez (premio Nobel de Literatura 1982), una familia es acusada de tener un pacto con el diablo porque decenas de gatos cuidan el cementerio donde están las tumbas de sus seres queridos.

Pero lejos de enojarse, los Serrano, nacidos y radicados en Santa Cruz de Mompox sienten orgullo del reconocimiento que ha generado a su apellido la custodia de los felinos.

“A nosotros no nos incomoda que la gente diga que tenemos pacto con el diablo, en lo más mínimo. Al contrario, nos parece estupendo porque eso nos da un mayor reconocimiento”, dice Víctor Serrano desde la comodidad de su mecedora.

Don Víctor, un médico cirujano, pasó inadvertido la mayoría de sus ocho décadas de vida, pero la muerte de su hijo menor Alfredo –ocurrida en 2001 por una enfermedad cardíaca– lo hizo localmente famoso.

Alfredo, conocido en el pueblo como el “Gato”, falleció cuando tenía 33 años y su cuerpo fue resguardado junto al de sus abuelos paternos en una bóveda en el cementerio de Mompox, una localidad abrazada por el río Magdalena y declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1995.

“Nosotros quedamos asistiendo a la bóveda de él, al cementerio íbamos casi todas las tardes”, agrega Víctor, refiriéndose a sí mismo y a su esposa, al recordar sus estancias al frente de los sepulcros.

El apodo de Alfredo (Gato), heredado por el abuelo paterno a todos los hombres Serrano y que encajaba con sus ojos verdes, empezó a tener mayor sentido cuando se convirtió en rutina ver pasar a una gata negra por su lápida. La gata tuvo crías en el lugar, la familia empezó a alimentarla y se fue acomodando, cuenta Serrano.

El número de gatos empezó a aumentar y con él, los mitos sobre una supuesta “brujería” y “pactos con el diablo”.

“Muchas personas de Mompox (...) le han querido dar un toque de misterio y todo, lógicamente, porque está enmarcada dentro del cementerio”, cuenta el guía turístico Luis Domínguez, de 41 años.

Los Serrano comenzaron a alimentarlos y esterilizarlos para contener la sobrepoblación, que incluye felinos blancos, negros, atigrados y amarillos.

Con porte serio, don Víctor reduce las historias del más allá a meras supersticiones de los habitantes de Mompox, el pueblo que inspiró el realismo mágico delGabo en “El general en su laberinto”.

“Para mí, esta historia de los gatos no pasa de ser más que una historia de amor de dos padres con su hijo”, concluye Domínguez.

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