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Video: Siga en vivo “beso” de sonda Osiris-Rex a asteroide

Misión histórica para recoger polvo de la roca espacial

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Después de un viaje de cuatro años, la nave espacial robótica Osiris-Rex de la NASA está lista para descender este martes (4:17 p.m. hora de Costa Rica) durante algunos segundos a la superficie rocosa del asteroide Bennu para recolectar muestras, en una operación de precisión a 330 millones de kilómetros de la Tierra.

El año pasado, Japón logró con su sonda Hayabusa2 recoger algo de polvo de otro asteroide, Ryugu, y ahora está de camino a casa.

Con Osiris-Rex, la NASA espera recolectar una muestra mucho más grande, de al menos 60 gramos, que espera pueda revelar los componentes originales del sistema solar.

La nave espacial, del tamaño de una camioneta grande, se encuentra en este momento a un kilómetro por encima de Bennu, que tiene 490 metros de diámetro.

Ingenieros de la NASA y Lockheed Martin le enviaron este martes sus comandos finales para realizar la operación de muestreo, que será totalmente automatizada.

"No podemos controlar la nave espacial en tiempo real", dijo Kenneth Getzandanner, gerente de dinámica de vuelo de la misión. A esta distancia, las señales tardan unos 18,5 minutos en viajar.

Hay que esperar

Las primeras imágenes estarán listas el miércoles, pero habrá que esperar hasta el sábado para saber si Osiris-Rex ha conseguido recoger la cantidad de polvo deseada.

"No es fácil navegar alrededor de un cuerpo pequeño", dijo Heather Enos, investigadora principal adjunta del proyecto, que ha pasado 12 años en la misión preparándose para este momento.

Todo se reducirá a 16 segundos críticos de contacto, durante los cuales un brazo se extenderá y recolectará muestras que midan dos centímetros de diámetro o menos.

"En realidad no podemos aterrizar en la superficie de Bennu, así que solo besaremos la superficie", agregó Beth Buck, de Lockheed Martin.

os primeros 10 millones de años de la historia del sistema solar, hace 4.500 millones de años.

Después de que Osiris-Rex alcanzara la roca a fines de 2018, los científicos se sorprendieron al recibir fotografías que mostraban que estaba cubierta de guijarros y cantos rodados, a veces de 30 metros de altura.

Desde entonces, mapearon el asteroide a una resolución de centímetros y eligieron el sitio de aterrizaje menos riesgoso: se llama Cráter Nightingale, de 25 metros de ancho, con una zona objetivo de solo 8 metros de diámetro dispuesta para el acercamiento.

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