Nacional

A los 110 años sigue floreando

Don Chepe se acaba de graduar en el INA

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Don José Flores Flores es todo un ejemplo no solo para la gente de   Santa Rosa de Pocosol, donde vive, sino para todos los ticos. Él tiene, nada menos, 109 años pero eso no es nada, el empunchado se acaba de graduar del curso de cultivo de hortalizas impartido por el INA.

Si usted lo ve, frente a frente, a lo sumo le calcula unos 80 años, es decir, 30 menos de los que está a punto de cumplir el próximo 11 de julio, pues está bien pochotón y al consultarle cuál es su secreto dice que es el arroz y los frijoles con caldito.

“Antes no se necesitaban químicos para sembrar, ahora todo ese veneno en los productos, por eso es que ahora padecemos de tanto cáncer, antes el abono era puro monte”, aseguró este roble oriundo de Lajas de Cañas, Guanacaste y quien desde hace 65 años vive en Santa Rosa de Pocosol.

Toda su vida se ha dedicado al campo, por eso ni lo pensó mucho cuando supo que darían el curso en el Centro Diurno donde acude de lunes a viernes desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde.

Ahí mismo, donde pasa todos los días, hace lo que más le gusta: siembra maíz, frijoles y hortalizas. Don Chepe cuenta que en la casita donde vive con su hija Maritza no tienen campo para sembrar.

Se levanta a las cinco de la mañana y de una vez para el baño, nada de quedarse pereceando en la cama. Se acuesta como a las 9 de la noche, después de ver su programa favorito.

“El se baña, se alista , se barbea solito y viaja en el bus del centro diurno todos los días, donde disfruta pintando, haciendo ejercicios, jugando ajedrez, naipes o tablero”, detalla su hija.

En su larga vida procreó 16 hijos, ocho de los cuales se le adelantaron en el camino y le quedan otros ocho: José Alberto, Carlos Luis, Wilberth, Gerardo, María Gerardina, Martha Lorena, Maritza y Sandra. Además de 23 nietos y 12 bisnietos.

Y para envidia de muchos, don Chepe no padece de nada, hasta ahora que lo están molestando unas piedras en la vesícula.

A don Chepe le gusta la comida casera en general y más si es acompañada de fresquitos y jugos naturales. O también un buen vaso de leche. El único pecadillo que se da, de vez en cuando, es cuando come pizza.

Desde hace doce años enviudó y aunque no tiene novia, no descarta que el amor pueda tocar las puertas de su corazón nuevamente.

Aunque no sabe leer ni escribir, con costos firmar, esto no fue impedimento para que don José fuera uno de los estudiantes más destacados en el curso impartido por el INA. Lo que sí se le da muy bien son los números, aseguró Maritza.

Este es el tercer curso que saca, los primeros fueron Métodos y Técnicas de Motivación y Agricultura Orgánica. Además está preparándose para iniciar un curso de hidroponía.

Cuando está en la casa sus pasatiempos son ver boxeo, el programa Guerreros de Canal 11, oír música y hablar con su hija de tiempos idos.

“Antes la gente era muy tranquila, los hijos le hacían caso a sus padres y no había tanta tecnología”, reflexiona el simpático abuelito.

Chepito tiene muy fresca su participación en la guerra del 48, cuando a sus 41 años luchó al lado de don José Figueres, el de verdad, en las montañas de La Unión.

El arroz no tiene colesterol, grasa ni sodio. Es sencillo de digerir, no tiene gluten, ni alergénicos. Tiene poca proteína. En el caso de los frijoles es un alimento muy completo en proteínas, su consumo mejora la digestión, aporta ácido fólico que protege el corazón. Es fuente importante de hierro y calcio. La combinación de arroz y frijoles es el complemento perfecto.  

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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