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Artista cartaginés deja marca y se le junta el ganado gracias a su talento

Nohel Garita Zúñiga comenzó a crear esculturas con metal de reciclaje y luego se metió de lleno con los fierros que vende a ganaderos nacionales y extranjeros

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Herramientas viejas o en pedazos, llaves, cucharas, tenedores, cadenas de moto o bici y repuestos malos, en fin, el hierro que para otros es basura, para un vecino del Carmen de Cartago son oro puro, pues con eso aprendió a hacer arte.

Nohel Garita Zúñiga ha hecho esculturas con piezas de hierro y también hace fierros para marcar caballos y ganado.

Desde los 18 años de edad, Nohel Garita Zúñiga comenzó a trabajar con metales. Estudió mecánica de precisión y por cosas de la vida se dedicó más a la mecánica industrial, sin saber que el pasatiempo de crear esculturas con pedazos de hierro se convertiría en una forma de ganarse el arroz y los frijoles.

Este amante de la pintura se iba a los talleres donde arreglan carros para recoger lo que los mecánicos botaban y, como es un apasionado de los caballos, combinó ambas cosas para usar las piezas malas y crear esculturas de su animal favorito.

“Siempre me han gustado los caballos, su forma y elegancia. Según yo, la primera escultura la haría como pasatiempo, pero resulta que no la había ni terminado cuando ya la había vendido”, contó.

Eso le pasó con cada figura que creaba, como el día que estaba en los últimos detalles de un toro, en el taller de su casa. En eso pasó un amigo de un hermano, ganadero de Nicaragua, y se quedó viendo lo que hacía con materiales metálicos reciclados.

“La tenía casi terminada, la tomó y me dijo que nunca había visto algo así y que cuánto costaba. Le dije que no la estaba vendiendo y me dijo que se la tenía que vender, que coleccionaba piezas de ganado y que la pondría en una exhibición de su casa”, recordó.

Nohel le propuso un monto pensando en que el extranjero jamás lo pagaría y se equivocó. El ganadero, sin soltar la pieza brillante, sacó la billetera y le dio la plata. Se montó al carro y se la llevó.

“No creí que un pasatiempo iba a llamar tanto la atención. Me sorprendí porque no me dejó ni terminarla. Así fue como fui dándome cuenta que había un mercado que podía explorar”.

Y Jorge Peña, un criador de caballos, lo terminó de lanzar a la popularidad entre los ganaderos ticos, pues fue el primero en encargarle una escultura y le compró varias.

Entre Quijote y Chente

El escultor no olvida tampoco el capítulo con la primera pieza que armó, casi a modo de ensayo o prueba. Antes de hacer caballos o toros, se le metió en un día la loquera hacer un Don Quijote de la Mancha.

Nohel Garita Zúñiga ha hecho esculturas con piezas de hierro y también hace fierros para marcar caballos y ganado.

Esa obra también la vendió sin siquiera tenerla lista, pues cuando la llevaba avanzada le mandó una foto a un hermano para que viera el invento. “Apenas vio la foto me escribió que cuidado la vendía, que él se la dejaba y que le dijera cuánto valía”, explicó.

Este escultor, de 61 años, tiene muchas anécdotas, como la que vivió hace 8 años cuando un grupo de ganaderos le pidió una escultura pequeña de un caballo negro, que la llevarían de regalo a la hacienda del mismísimo cantante Vicente “Chente” Fernández.

“Se fue en 400 mil colones porque era pequeña, pues ellos necesitaban llevarla en el equipaje del avión”, rememoró Nohel.

Nohel Garita Zúñiga ha hecho esculturas con piezas de hierro y también hace fierros para marcar caballos y ganado.

A punta de fierro

A pesar de su gran talento, en los últimos años Nohel ha dejado de lado las esculturas con metal reciclado, pues en el camino encontró otro muy buen negocio: los fierros en acero inoxidable para marcar caballos y ganado.

Luis Ángel Acuña Mejías, dueño de la Hacienda La Corteza, en Turrialba, fue el culpable de ese cambio. El ganadero sabía que el artista cartaginés hacía un excelente trabajo con el hierro y le propuso que le entrara duro a los fierros, pues prácticamente los tenían que mandar a traer de Colombia o México.

“Me pidió que le hiciera un caballo metido en un círculo, fue el primero que hice, no fue nada fácil porque era un diseño complicado y para una persona con ganado muy fino”, relató Nohel.

El artista confesó que el ganadero lo felicitó por el resultado y promocionó su trabajo con otros colegas y finqueros. Desde ese momento se concentró al cien con la elaboración de fierros que hoy vende también en México y España, así como en sudamérica y centroamérica.

Nohel Garita Zúñiga ha hecho esculturas con piezas de hierro y también hace fierros para marcar caballos y ganado.

En esa labor suma 10 años y hace entre 4 o 5 por semana. Dependiendo del diseño, cobra de 50 mil a 100 mil colones. “Si hubiese sabido que existía ese mercado tan bueno le habría entrado desde hace mucho tiempo”, explicó.

Y como para todo hay gente, contó cuando le pidieron un fierro con un diseño alusivo a un mono, lo cual le llamó demasido la atención. El artista preguntó por qué ese pedido tan particular y la cosa era que al cliente le decían “mono”. “Al final se lo hicimos de un mono araña”, recordó entre risas.

“Tengo clientes de muy buena paga, pero son muy exigentes. Imagínese un caballo que vale millones y ponerle un fierro que quede mal la marca, es una responsabilidad muy grande”, contó Nohel, quien prometió volver pronto a las esculturas metálicas.

Keneth Rojas Barrantes

Keneth Rojas Barrantes

Periodista con 20 años de experiencia en televisión, radio y prensa escrita, en medios como Al Día, La Nación, Noticias Repretel y Canal 9, donde laboró como jefe de redacción.

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