Nacional

Buen samaritano en uniforme de policía

El oficial Rándall Mora sacó de la calle a adulto mayor y le dio un asilo por nueva casa

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La vida de un indigente de Pérez Zeledón cambió por completo gracias a un policía.

José Méndez pasaba todo el día en algún lugar de la calle que comunica la Muni pezeteña con el hospital Escalante Pradilla. Pedía comida, plata, cobija, una conversación, un abrazo, una mirada. En otras palabras, quería afecto y que alguien viera en él más de lo que se apreciaba a primera vista.

El 20 de febrero de este año el policía Rándall Mora se detuvo a conversar con don José, le dio unas monedas y decidió hacer mucho más. El oficial se dio cuenta de que el estado de salud del señor era muy malo y por eso, sin perder tiempo, se lo llevó a la patrulla para que estuviera más cómodo.

Allí mismo inició un proceso en el cual se involucró al Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapan) para ver qué podía hacerse. Rándall se puso como misión sacar a don José de la calle. 

Internarlo en el hospital fue el primer paso y fue fundamental. Allí lo atendieron de lo más bien y lo pusieron pochotón. En ese lugar el destino de Méndez  dio otro giro. 

Los cuidados que le dieron doctores y enfermeras fue un sabroso alimento espiritual, pero sobre todo la amistad que le ofreció el oficial. Ese combo transformó el semblante de tristeza en uno lleno de optimismo. Estando en el hospi, Méndez aceptó ser ayudado y dejó claro que no quería volver a la indigencia.  

“Uno como policía tiene herramientas para ayudar, pero antes de ser policía uno es humano y hay personas que merecen ayuda. Gracias a Dios pude rescatar a don José. La labor de los policías no solo es arrestar o desalojar personas”, comentó el oficial Mora.

En las instituciones a las que acudió Mora para pedir asesoría le indicaron que podía internarlo en un hogar de ancianos, pero solo si don José aceptaba. 

"Cuando le pregunté dijo que no quería estar en la calle, por edad y por enfermedad”, contó el poli. 

Ahora el señor se encuentra con toda la pata porque desde el miércoles pasado tiene un casita nueva: el Hogar de  ancianos monseñor Delfín Quesada.

“Me dijeron que si regresaba para allá otra vez (la calle) me volvía a coger de todo. Estoy muy tranquilo aquí con ellos, a cada rato me sacan a andar”, dijo don José, quien cuenta que hace muchos años trabajó como agricultor.

“Sembraba arroz, maíz, yuca, caña de azúcar, de todo, pero ahora me faltan las fuerzas”, recordó.

Paola Rivas, funcionaria del asilo, dijo que el señor se adapta muy rápido a las condiciones de su nuevo lugar. 

“Viene de un estado un poco difícil, pero está bien, se le ve contento y tiene buena actitud”. dijo. 

 Mora invita a los demás a realizar buenas acciones y nos recuerda que la satisfacción no se compara con nada.

“No solo es ayudar a la gente de la calle, se pueden realizar buenas acciones de muchas formas, por ejemplo, cruzando de calle a alguien. En el caso mío, tuve la dicha de cambiar la vida de una persona”, detalló.

La psicóloga María Esther Flores alabó la actitud del oficial Mora. Considera que su gesto es un acto de bondad maravilloso que cada persona debe intentar imitar. 

"Es una historia preciosa. El policía es policía, pero demuestra que antes que eso es un ser humano lleno de bondad. Son las cosas que nos hacen especiales", consideró.

 La trabajadora social Rocío Martínez explicó algo importante: quien desea ayudar a una persona debe seguir algunos pasos, por ejemplo, averiguar si consume drogas, si quiere ser ayudada y tener cuidado con la imagen. 

"En Costa Rica, los adultos mayores son igual de vulnerables que los menores de edad. Si usted se lo lleva a la casa y en realidad él no quería, usted puede ser acusado hasta de secuestro. Pero lo que hizo ese muchacho es un gesto lindo y admirable", dijo Rocío.

El ejemplo del policía refuerza la idea de que los oficiales de los cuerpos de seguridad del país son, como dijo Rándall, mucho más que agentes que persiguen o detienen delincuentes.

Premio a la excelencia
La Fuerza Pública reconoce todos los años las buenas obras de sus integrantes. Se llama premio Excelencia al Servicio y lo dan cada 7 de noviembre, pero las candidaturas se presentan desde setiembre. No sería raro que Rándall esté en esa selecta lista.

Franklin Arroyo

Periodista egresado de la Universidad Federada. Integra el equipo de Nuestro Tema de La Teja. Trabajó en el Periódico Al Día, corresponsal del diaro Marca para Centroamérica y editor de la revista TYT del Grupo Eka.

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