Isidro Calderón Hernández tiene 40 años de llevar la suerte a Puerto Viejo de Sarapiquí, pero en el 2003 se convirtió en la estrella del pueblo porque fue el vendedor de lotería que repartió el gordo navideño en el cantón herediano.
Otra vez también vendió el primer premio de un sorteo extraordinario que pagaba ¢22 millones.
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La Teja conversó con él para recordar un poco cómo fue esa experiencia y nos contó que ese año, en el 2003, fue tanto el revuelo porque había vendido el gordo que para el primer sorteo de consolación vendió 100 enteros en cuatro horas.
Incluso, esa fama le trajo mala suerte porque cuatro años después de eso, lo interceptaron en un carro y le robaron medio millón de colones, que en ese tiempo era un dineral.
"Después de ese asalto no pude seguir trabajando con la Junta, nunca me recuperé económicamente. Ahora la cosa se ha puesto muy mal, trabajo para un patrón y con costos vendo 10 enteros. Se ha puesto muy duro", contó el sarapiqueño.
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"En esos tiempos era más confiable mostrar que uno había pegado, ahora jamás. La gente ya ni siquiera le dice a uno que pegó, ni regalan nada tampoco", explicó Calderón.
También comentó que todavía le preguntan por aquella vez que vendió el gordo y le dicen que ojalá vuelva a traer la suerte.