Causa indignación enterarse de que el equipo femenino de primera división del Deportivo Saprissa debe andar suplicándole a la institución de Tibás para que le preste el estadio Ricardo Saprissa para sus partidos. De hecho, en el actual campeonato jamás se lo prestaron y ahora que vienen las instancias finales tal vez lo hagan, pero se les debe suplicar casi de rodillas. Es un hecho que las mujeres de nuestro fútbol hacen demasiado con miserias, mejor ni hablemos de salarios, algo que no existe o existe para muy pocas. Claro, si Saprissa queda campeón entonces sí, los dirigentes morados sacan pecho y llenan las redes sociales con fotos de las jugadoras. En Saprissa no se han dignado ni siquiera a permitir que las mujeres jueguen antes de los hombres, para que la afición disfrute el fútbol femenino. Esta situación duele.
Olga Mora
¡Déjenla en paz!
Es imposible imaginarse cómo es la vida de Melissa Mora. Esta muchacha no puede ni comerse un tamal tranquila porque le sacan mil fotos y se las publican en las redes sociales. En este país la aman y la odian, mayormente la odian las mujeres celosas que se desean ese cuerpazo. En verdad que llega el momento en que a una le dan ganas de gritar que la dejen en paz. Si ella quiere casarse o no, si quiere irse del país, si quiere cantar, es asunto de ella, déjenla tranquila. ¿Cómo será vivir con tantos ojos encima de uno, sobre todo cuando somos tan imperfectos? Queremos la perfección en los otros, pero no nos damos cuenta de todos nuestros errores.
Mayra Díaz