Me siento muy indignada con el pueblo de Costa Rica, un pueblo que se ha caracterizado por ser sinónimo de paz y amor. Molesta leer a cada rato que tratan, de mala manera, a Víctor Carvajal por ser homosexual. Me extraña que la gente no logre ver en Víctor a un ejemplo de humildad y superación en medio de la adversidad. Que no vean a un trabajador incansable que lo único que tiene como objetivo es alegrarnos los días con sus ocurrencias.
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Hay quienes hasta aseguran que por ser homosexual no puede ganar Dancing with the stars. Los ticos debemos aprender a ver más la belleza del ser humano que es hecho a imagen y semejanza de nuestro señor Jesucristo. En verdad que nos falta mucho amor al prójimo. No cualquier “macho” se levanta de donde se levantó Víctor, por eso lo admiro, porque ahora brilla con luz propia. Víctor jamás ha jugado de vivo con sus palabras, no se siente el más sabio del mundo, al contrario, habla como nosotros, puro pueblo. Es de admirar y respetar una persona que jamás nadie le regaló nada y logra salir adelante. Esta analfabeta que escribe lo seguirá admirando.
Vanessa Solera
Juan Diego, no se vale tanta basura
El candidato a presidente, Juan Diego Castro, ha comenzado a tirar basura y de la fea sin tener pruebas. Ya comenzó a hablar de fraude electoral, al menos a insinuarlo. Estimado don Juan Diego, no se vale ensuciar una democracia tan consolidada y respetada por el mundo como la costarricense, solo por sus intereses personales. Luche por la presidencia, convenza al país de que vote por usted y gane tranquilamente, nadie se lo impide, pero no tire basura de forma tan fácil. Costa Rica está por encima de usted, no se vale que tras las elecciones de 2018 usted quiera ensuciar nuestro país tan amado con acusaciones sin pruebas. Si va a ser el próximo presidente de nuestra nación, hágalo pero decentemente, limpiamente. No se vale tirar tanta basura solo para poderse sentar en la silla de Zapote.
Manuel Vega