La llegada de la pandemia por el COVID-19 ha afectado a la población en general. Expertos aseguran que las consecuencias son a todo nivel y en todos los sectores, sin embargo, esa afectación negativa en la parte emocional está perjudicando a un número importante de personas y ante la situación del aumento de casos en el país por contagio, se cree que el aumento de los maltratos también continuará.
Carol Garita, profesora y Coordinadora del Centro de Atención Neuropsicológica de UNIBE, explicó que que hay una correlación entre el impacto por la pandemia por el COVID-19 y la conducta agresiva; siendo unas personas más que otras quienes se ven afectadas.
“No todos somos iguales y no vivimos en las mismas condiciones, por lo que, según el contexto de cada persona, de cada familia, habrá quienes manejen un mayor repertorio de conducta agresiva que otros”, aseguró Garita.
Aumento
La psicóloga Garita asegura que las estadísticas demuestran que ha habido un aumento en la agresión emocional y otras formas de agresión, en todo el mundo.
“En marzo pasado, la UNICEF instó a los gobiernos a tomar una serie de medidas concretas para garantizar la seguridad de millones de niños, niñas y adolescentes alrededor del mundo. En Costa Rica, las diversas instituciones estatales, que velan por la seguridad de las poblaciones más vulnerables, también han tomado medidas por considerar que las emergencias que pasan estas personas no tienen horario y estas abarcan todo tipo de violencia; desde la física, psicológica, sexual, entre otras”, aseguró Garita.
Según la experta, la Comisión de Género y la Comisión Permanente para el seguimiento de la Atención y Prevención de la Violencia Intrafamiliar del Observatorio de Violencia de Género contra las Mujeres y acceso a la Justicia del Poder Judicial, advirtió que, para el primer trimestre de 2020, las estadísticas que generarían en el contexto de la pandemia por el COVID-19 ante el confinamiento deberían ser interpretadas con mucho cuidado porque es posible que muchas mujeres al estar conviviendo con el agresor podrían tener limitaciones para hacer las denuncias necesarias.
¿Por qué se da este aumento?
Expertos de UNIBE consideran que un factor que incide en el aumento de la agresión es el confinamiento, ya que a partir de este se ha producido un cambio en los modos de convivencia y de desarrollo de la vida cotidiana familiar.
“Los chicos y las chicas no van a sus escuelas y colegios, sino que están en casa durante todo el día; otro factor hace referencia a la socialización con el grupo de pares, la cual se ha visto afectada, llevándoles a experimentar ansiedad, sentimientos de abandono, de aislamiento, desesperanza y mucha frustración. Otro factor es la permanencia en casa de los padres, las madres y encargados de cuido, quienes están en casa, pero en diferentes condiciones, no están de vacaciones por lo que muchos y muchas estarán en teletrabajo, otros suspendidos de sus labores temporalmente o peor aún aún desempleados. Todo lo anterior puede desembocar en estrés y preocupaciones de toda índole”, dijo Garita, quien da ejemplos claros de esas situaciones a las que se están enfrentando las familias, como lo son:
- El manejo del tiempo con los hijos.
- El cumplimiento de sus funciones adultas y laborales.
- El tener que ingeniárselas en casa es el manejo del hogar, de los espacios familiares o colectivos y los espacios privados.
- La situación económica ha disminuido en la mayoría de los casos.
¿Qué se puede hacer para salir de este círculo de agresión?
La experta recomienda utilizar los recursos estatales como las diversas líneas telefónicas de ayuda y de denuncia, como el servicio de Emergencias 9-1-1, el PANI, el INAMU y la asistencia hospitalaria.
“Las personas agredidas pueden acercarse a una persona que las haga sentirse seguras y conversar con esta respecto a la situación que estén pasando, buscar las ayudas terapéuticas que ante la pandemia por el COVID-19 se han diversificado como la teleterapia, por lo que desde la privacidad de sus hogares pueden contar con dicho recurso. Hay que entender que evitar las agresiones no es sencillo porque no es algo que dependa de la persona que es violentada; pero lo que sí se puede hacer es recurrir a las ayudas disponibles”, puntualizó la experta de UNIBE.