El expresidente de Costa Rica (2014-2018), Luis Guillermo Solís Rivera, le tira durísimo al actual presidente Rodrigo Chaves, por haber terminado el convenido con la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (CINDE) y la Promotora del Comercio Exterior (PROCOMER) que tenía como objetivo lograr inversión de otros países en el nuestro.
“La Administración Chaves Robles sigue sorprendiéndonos. Tiene a todos los sectores relacionados con la exportación y los servicios turísticos contra la pared, y a la agricultura no sólo olvidada, sino en proceso de desmantelamiento.
“Así, en un año, el gobierno ha puesto en jaque a dos de los motores principales de la economía nacional. Ahora le pega un garrotazo a CINDE, nuestra exitosa agencia de atracción de inversiones, sin tener claridad de cómo funcionarán las tareas que hasta ahora se realizaban en CINDE, trasladándolas a PROCOMER, otra institución de gran capacidad y logros, pero que tiene limitada experiencia y especialización en esa materia”, asegura el expresidente.
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Solís también le reclama a Chaves que nos ande poniendo en mal con el mundo.
“El gobierno de Chaves también va arrasando en paralelo los factores que, según el propio relato oficial, nos hacen competitivos en el mundo: lesiona gravemente la seguridad social argumentando sin fundamento contra la salud financiera de la CCSS; maltrata la estructura educativa reduciendo y después cercenando su presupuesto (que ya es muchísimo menor al 8% del PIB que manda la Constitución) y, además, elimina la política de informática educativa al tiempo que desaprovecha la nueva legislación del INA”.
“Evidencia un actuar contradictorio y errático, fruto de la improvisación o peor, de un designio muy opaco cuyo objetivo no es, como proclama la administración, el muy necesario beneficio del mayor número fuera de la GAM, sino dinamitar gradualmente toda la institucionalidad con propósitos inconfesables.
“Cualquiera que sea su motivación, en el corto plazo se dañan los entendimientos que habían logrado posicionar a la producción nacional, con ventaja, en los mercados del mundo. Y en el largo, pone en la cuerda floja a un país que fue célebre por su estabilidad social y su adhesión inclaudicable al estado de derecho. Y eso, ¡no se vale!”, concluye con un claro tono de molestia Solís Rivera.