Cuando el agua se divide para extraer el hidrógeno se produce oxígeno y el científico nacional Franklin Chang propone venderlo para hacer el proyecto más rentable.
“Si en los ochentas le hubieran dicho que invirtiera en el negocio del agua, en esos momentos usted hubiera dicho… ‘¡está loco!’. Uno no se imaginaba el agua en botellas. Pero si lo hubiera hecho, hoy sería millonario”, dice el exastronauta.
Ese ejemplo lo utiliza Chang para explicar que el oxígeno puede ser un negocio rentable y que es cuestión de buscarle usos. Y dos dos ejemplos para ello.
“Para la producción de tilapias porque esas piscinas donde se reproducen tienen que ser oxigenadas y se les pone aire comprimido y salen unos chorros para arriba para airear el agua. Pero si en vez de eso usted pone una tubería de oxígeno, el agua queda naturalmente oxigenada y no necesita gastar tanta energía”, dijo.
El otro uso es la limpieza de las aguas negras, todo un problema nacional. “Si usted oxigena las aguas negras, la limpieza, además de que será más rápida, no va a producir gas metano, que es lo que huele feo. Es lo que se llama un proceso aeróbico y lo que hacemos hoy en día es un proceso anaeróbico que no utiliza oxígeno”.
Así que, ya lo leyó. No es descabellado pensar en vender el oxígeno, todo está en encontrarle el uso adecuado.