Kenneth Vega escogió Legohamburguesa, en La Pitahaya de Cartago, para romper la estricta dieta que sigue entre semana.
En ese sitio se mandó una gigantesca hamburguesa que tenía carne mechada, tocineta, torta de carne de un cuarto de libra, jamón, queso frito, salchicha, chorizo, fajitas de bistec de lomo y pechuga empanizada. Pesó cerca de 1,5 kilos y pagó ¢6.300. Asegura que no se arrepiente. De hecho, va con frecuencia desde Tibás, donde vive, a La Pitahaya de Cartago a darse cuatro gustos.
“Soy goloso y me gusta esa variedad de productos que venden en ese lugar”, dijo Vega.
Kenneth es instructor de gimnasio y sigue una dieta rigurosa con cero carbohidratos y cero azúcar entre semana, pero si algún fin de semana quiere pecar jala a Legohamburguesa. “Uno se da el gustico, porque entre semana se pasa con ganas de comerse alguna fritura”, dijo Vega.
Legohamburguesa es una local que trabaja el concepto de armar su propia hamburguesa. Tiene seis ingredientes base, 29 adicionales y 14 tipos de salsa. Usted hace las mezclas que quiere a su gusto. Puede armarla, por ejemplo, con tres productos base, 11 adicionales y todas las salsas, pues usted la hace a su gusto. Por supuesto, entre más jamita, más paga.
Su propietario, Víctor Valladares, detectó una oportunidad en las ventas de ese delicioso platillo, pues el cliente no tenía la posibilidad de combinar los ingredientes como quisiera.
“Tenía ganas de comer tal cosa y tal otra, pero sin un ingrediente y esa variación no era posible. Por eso se me ocurrió el proyecto y empecé a trabajar en él, hace cerca de dos años”, explicó Valladares.
El concepto del lugar es tan específico, que los clientes no hacen los pedidos por teléfono, porque sería muy complicado. Por eso, si alguien quiere ir a quitarse el hambre tiene que ir personalmente al restaurante.
“Imagínese que para un pedido por teléfono de una hamburguesa necesito muchos ítems (al menos una base, ocho vegetales, cuatro salsas y ocho adicionales). Por eso hemos defendido este concepto con el tiempo y aunque al principio costó, ya nos hemos consolidado”.
Sin embargo, muchos aún, después de tres años y medio, van por un taco o chalupa y cuando ven que no hay dan media vuelta y se van. "Creen que somos una soda y que vendemos esas cosas, pero no".
El menú está compuesto por las hamburguesas, perros calientes, costilla, bistec de lomo y ensaladas. Solo para llevar.
“No abrimos a la hora del almuerzo, porque es una ventana donde la gente viene, compra y se va. Es comida para llevar”.
Dice que una vez armaron una semejante hamburguesa que costó nueve rojos. “Yo pongo a la hamburguesa lo que el cliente pide, el reto es cómo se la comen”.