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Mañana del Día del Tata removió sentimientos

Regalos llegaron hasta el cielo

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Aunque han pasado dos años que falleció don Rómulo Pérez dejó una huella tan profunda en su familia, que lo tienen muy presente en sus corazones, sobre todo una fecha como el Día del Padre. 

Varias hijas y un nieto visitaron la tumba en el cementerio de La Ribera de Belén y le celebraron el día como si estuviera vivo. 

Los seres queridos se arman bien bonito con sillas y sombrillas por si llueve o para evitar el fuerte sol. Llevan cosas de picar y hasta guaro para brindar por él y ahí se quedan horas de horas.

"A él le encantaban las mujeres y el guarito, por eso nosotros metemos una botella sin que se den cuenta y nos echamos un trago a nombre de él. Lo mismo hicimos el día que lo enterramos, porque él fue un papá increíble", comentó Marisol Pérez, la hija menor de don Rómulo, quien procreó nueve retoños.

Pérez murió a los 100 años y su legado caló tan hondo en su familia que por eso nunca se olvidan de él para las fechas importantes como estas. 

Estos belemitas aseguran que esto los llena de mucha paz.

"A él lo tenemos todos los días en la mente, pero uno desde que entra aquí siente una paz. Uno en serio siente que estuvo con él y que se despide como cuando estaba en casa", mencionó Iris Pérez, otra de las hijas. 

Bastó con darse una vuelta por el sagrado lugar para darse cuenta que para muchas familias el Día del Padre no solo se les celebra a los vivos. 

Arreglos de flores de todos los tamaños, globos y placas con mensajes muy bonitos son parte de los regalos que ponen los familiares en las tumbas, pero que llegan directo al cielo.

Tal fue el caso de don Fernando Calderón, vecino de El Guarco de Cartago, y quien le dejó flores a su papá en el cementerio General de Cartago.

"Hace siete años murió mi papá. Vine a dejarle flores y a hacerle una oración. Uno recuerda lo buen papá que fue y más que eso, un gran amigo", expresó Calderón.

Al igual que él lo mismo suele hacer don Armando Venegas, quien tiene 18 años de no faltar a la tumba de su papá en el cementerio belemita. 

"Uno viene a sentirse tranquilo, a estar en paz. El padre en vida siempre estuvo a la par de uno, así que estén fallecidos o no uno debe ser agradecido. Lo que hago es que trato de pensar que se fue a hacer un mandado y que aún no ha regresado", relató Venegas. 

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