Suena algo ilógico que el creador de los cielos y la Tierra, que dividió las aguas del Mar Rojo requiera de nuestra ayuda, ¿no? Pues sí, él necesita de nosotros, en Isaías 6:8 este profeta escucha la voz de Dios preguntando ¿A quién enviaré...?
Dios nos quiere usar como instrumentos para que Él pueda hacer manifiestas sus obras y algo maravilloso de ser instrumento de Dios es que Él nos va a bendecir aún más por responderle y ser obedientes a la necesidad espiritual que hay.
Dios requiere de nosotros, porque hay una necesidad y esta va a guiarse por una necesidad espiritual y va ser entendida en el espíritu por medio de una oración, por ejemplo… Lo primero que Dios nos demanda es nacer de nuevo, para ser ante los ojos de Él un instrumento limpio. Con ello vamos a poder servirle a él en la congregación, pero también mostrar este servicio con nuestra familia, amistades y trabajo. Nuestro ejemplo es el que puede marcar a otros para que sean de igual manera bendecidos.
Dios además nos demanda que lo honremos, seamos generosos y bendigamos incluso aquello que no busca el bien para nosotros.
En esta época Dios requiere de nosotros que compartamos el amor de Jesús que es la verdadera razón de celebración, ayudando a los más necesitados; que época más hermosa para compartir el amor de Jesús.
El sacrificio que Jesús hizo en la cruz no debe ser tomado en vano, la sangre que el derramó por amor fue para quitar nuestra culpa y limpiar nuestros pecados como lo hizo con Isaías, para poder servirle con nuestra vida. Lo fantástico de todo esto es que la recompensa es mucho más grande de lo que pensamos. Atrévete a experimentar lo extraordinario viviendo para ÉL, porque eso es lo que Dios demanda de nosotros.