Nacional

Un viejito del 58 como sacado de agencia

Un Toyota Land Cruiser fue restaurado y ahora está como el día que salió a la calle por primera vez

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Un Land Cruiser modelo 1958, de los primeros que llegaron a nuestro país, había dejado muy atrás sus tiempos de gloria y más bien pasaba sus días llevando agua y polvo en una lechería en Cachí de Paraíso de Cartago.

El herrumbre, los cables rotos, la falta de pintura, piezas quebradas o dobladas dejaban en evidencia que el tiempo y el descuido habían pasado factura. Claro que su corazón, en este caso el motor, seguía latiendo, o más bien funcionando, era lo único que estaba en buen estado, a pesar de los años y el abandono.

Hasta que un día de tantos un buen samaritano lo encontró, lo compró en cerca de ¢1 millón y decidió que quería devolverle todo su brillo, quería que se viera como sacado de agencia.

El carrito de 59 años necesitaba que le dieran mucho amor, algo así como lo que hacen en programas de cable como Locos por los autos, de History Channel. Por eso se lo llevó a Adrián Jiménez, propietario y gerente de Partes de Costa Rica, que se ubica en Cartago (75 este de la esquina noreste del cementerio General),  quien asumió el reto de meter el auto en una cámara del tiempo y devolverlo a 1958. 

"La idea era dejar el carro cien por ciento original y que luciera como cuando salió a la calle", aseguró Jiménez.

Por eso, lo primero que hicieron fue buscar los manuales del vehículo para saber la medidas exactas y las características originales. Incluso, consiguieron el manual del usuario y lo colocaron en la guantera del Land Cruiser, tal y como lo recibió la primera persona que se hizo de ese Toyota. 

"Antes de iniciar había que verificar el estado de originalidad del carro, ya que era importante que no hubiera sufrido modificaciones. Comprobamos que todo era original, pero que le hacían falta algunas piezas y otras estaban podridas", comentó el especialista en chuzos. 

Cuando aceptaron el reto de devolver el carro a como era en sus años mozos, lo primero que hicieron fue chequear el estado del motor, para su sorpresa, este funcionaba a la perfección, solo lo limpiaron y le hicieron mantenimiento básico. 

Luego desarmaron toda la parte mecánica, el chasis y la carrocería. En ese momento hicieron una lista de todos los repuestos que hacían falta. 

Precisamente, lo que más atrasó fue la búsqueda de repuestos, todos los encontraron, pero algunos dieron guerra y hasta a China tuvieron que mandar a traer algunas partes.

"Con el chasis y la carrocería primero desarmamos y lavamos todo, luego enviamos algunas partes a enderezado y guiados con las medidas originales fuimos poco a poco arreglando todo", explicó don Adrián, quien contó que el dueño de la nave prefirió que no pusiéramos su nombre.

Con el chasis alineado y pintado lo armaron y colocaron el motor con todos sus componentes. Luego siguió la carrocería, puertas, la tapa del motor, parabrisas, la lona, tanque de combustible, y cromados. 

Todo ese proceso de armado duró cerca de un año, pero valió la pena porque el chuzo quedó como un ajito, a cualquiera se le caerían las babas al verlo. 

El arreglo como se podrá imaginar no salió barato, ya que repararlo y dejarlo todo original no es algo que cueste unos cinquitos, pero prefirieron no decirnos en cuánto salió la broma. 

"El carro es cien por ciento original, las personas pueden estar seguras que lo verán tal y como lucía en 1958.

"Al andar en él la sensación es muy bonita, uno se transforma a esos años. Hemos hecho otras reconstrucciones y es una de las cosas más bonitas", aseguró Jiménez, quien contó que el carrazo anda a la perfección e incluso arranca mucho más rico que un chuzo del año.

Ricardo Silesky

Ricardo Silesky

Periodista y bachiller en Filosofía y Humanidades. Se desempeña en la sección Nuestro Tema. Antes colaboró en la sección de deportes de La Nación y La Teja.

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