EscucharLos primeros minutos después del mortal impacto en una recta, en curva, de día, de noche, con tragos, sin tragos, con o sin invasión de carril, generan todo tipo de comentarios, asombro, indignación...
Los motivos por los que se perdieron esas vidas pueden ser el exceso de velocidad, rayar de forma imprudente, irrespetar una señal de tránsito, pero más allá de ello, lo cierto es que los motociclistas no paran de llenar de luto y dolor nuestras familias.
Por un imprudente joven de 20 años, con pocos meses de tener moto, hoy dos chiquitas quedaron huérfanas. La mamá Katherin Vargas y el papá Garry Castro, quienes también se movilizaban en motocicleta, fallecieron en un violento choque. Posiblemente ni cuenta se dieron cuando fueron impactados mortalmente. Él responsable también falleció y dejó un profundo dolor en su familia.
En la prensa, redes sociales, medios de comunicación, los comentarios y las imágenes por el impactante choque corrieron como pólvora y pocas horas después ya nadie se acordaba, una desgracia más en carretera, pero el dolor y las secuelas son permanentes para los familiares.
Nuestros jóvenes están muriendo y sobre todo los fines de semana. Las autoridades conocen las edades y las horas más frecuentes de las tragedias, ¿y qué?
La respuesta debería ser el endurecimiento de los requisitos para sacar la licencia para conducir motocicleta. Aumentar la edad a por lo menos a los 21 años, deberían estructurarse cursos prácticos obligatorios de alto nivel durante varias semanas, a los que se les sumarían clases de refrescamiento por lo menos en los primeros tres años de tener la licencia. La agencias vendedoras de motos deberían involucrarse de alguna manera.
Más ocurrencias podría escribir, pero el fondo del asunto es que definitivamente algo no está funcionando en el MOPT, en Tránsito, en las distintas dependencias relacionadas con el tema cuando vemos en las carreteras tanta irresponsabilidad y tanto luto.
