Sucesos

El coronel Escalante estará siempre presente

Bomberos de Costa Rica despidió este martes a uno de los hombres que más amó a la institución

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El coronel Álvaro Escalante fue despedido este martes como un bombero valiente, entregado y ejemplar para las nuevas generaciones. Él pasó más de 65 años en la institución a la que amó desde que era un niño. Los apagafuegos del país están seguros de que ahora el coronel Escalante cuidará de ellos. 

El exdirector del Benemérito Cuerpo de Bomberos falleció el lunes, a las 4:55 de la mañana, en su casa de San Ramón de La Unión. Tenía 84 años.

El cuerpo de don Álvaro salió de la estación de bomberos de Tibás, donde fue velado, sobre una máquina extintora de 1928. Hasta el presidente de la República, Luis Guillermo Solís, estuvo en la vela del coronel. 

 Los bomberos se pusieron sus trajes de gala y la escolta de camiones parecía interminable. Era la despedida que merecía un hombre como don Álvaro.  

La misa para el coronel se realizó  en la iglesia Don Bosco, en el barrio del mismo nombre en San José. El templo se hizo pequeño pues todas las generaciones de bomberos querían despedirlo y agradecerle la enorme labor que hizo. 

Durante la misa los apagafuegos comentaban entre ellos la dedicación de Escalante y cómo, pese a su edad siempre se mantenía atento y dispuesto para colaborar en lo que necesitaran. Muchas veces, dijeron, estuvo dispuesto a escucharlos y a darles consejos. 

El director de Bomberos, Héctor Chaves, dijo sentirse dolido por la muerte de don Álvaro, a quien le tenía un enorme cariño y agradecimiento.

Durante el último adiós a Escalante, los bomberos hicieron el llamado de los coroneles. Iban diciendo los nombres hasta que llegaron al de don Álvaro, lo llamaron tres veces y después los compañeros gritaron: "¡presente!". 

Los hijos de don Álvaro recibieron su casco y su uniforme. Estaban muy dolidos, pero orgullosos de haber tenido un papá valiente y entregado. 

La banda de Bomberos de Costa Rica acompañó a la caravana fúnebre. Don Álvaro siempre les decía a sus integrantes que de todos sus fans él era el número uno, le encantaba verla participar en actividades. 

A la llegada del cuerpo al cementerio General  le tiraron rosas con cañones y al meterlo a la fosa las sirenas de los más de 30 camiones que estaban afuera del cementerio empezaron a sonar. Ese fue un detalle que le erizó la piel a más de uno.

En la estación de bomberos de barrio México, que lleva el nombre de don Álvaro Escalante desde hace 10 años, también le rindieron homenaje: le hicieron un altar. 

En La Teja habíamos entrevistado a don Álvaro en varias ocasiones para que nos contara de algunos casos que publicamos en nuestra sección "El novelón" (que sale los domingos). En una de las últimas entrevistas aseguró que si había algo en esta vida de lo que siempre estuvo seguro fue de que su sueño era ser bombero. 

"Cuando me preguntaban qué quería ser, yo siempre les decía que bombero, no sé las razones pero ese era mi sueño y fue mi realidad. Y si me preguntan ahora si fui feliz siendo bombero, fui y volvería a serlo. Lo que más me gusta de está institución es que los bomberos somos una hermandad", dijo don Álvaro en febrero del 2016.

Escalante participó en un sinfín de emergencias, apagó incendios a puro balde de agua; además, cuando la alerta era muy brava subía a una torre en la estación de San José desde donde veían el humo, él siempre recordaba el incendio de una fábrica que quedaba en Alajuela, el del antiguo teatro Raventós (hoy Melico Salazar) y el de la tienda La Gloria. 

Don Álvaro también fue piloto y director de Aviación Civil, deja tres hijos, dos de ellos son pilotos. Su esposa había muerto hace cinco meses. Que descanse en paz el coronel Escalante.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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