El ministro de Seguridad saliente, Gustavo Mata, fue muy sincero al entregarle el mando al nuevo jerarca, Michael Soto, y le advirtió que el puesto que ocupará es muy duro.
“Esta es una silla que pesa, incómoda, es dolorosa, injusta, pero sé que con la ayuda de Dios, a don Michael le va a ir bien”, expresó Mata, quien aún está reponiéndose de una operación de emergencia que le hicieron hace unas semanas.
“Tengo muchos sentimientos encontrados porque cuando uno termina una gestión medita para ver qué hizo bien y qué hizo mal. Pido perdón si ofendí o maltraté a alguna persona, nunca fue la intención”, añadió en su último discurso como ministro.
Soto, quien conoce muy bien los temas de seguridad debido a que ha trabajado toda su vida en el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), aseguró que viene con muchas ganas de dejar un país mejor en estos cuatro años.
“No creo que como ser humano tenga la fuerza para enfrentar una tarea como esta, pero con la ayuda de Dios trabajaré duro.
“Sé que la situación del país es difícil, pero debemos luchar para darle un mejor futuro a nuestros hijos y nietos”, aseguró Soto.
El nuevo ministro escogió un nuevo equipo de trabajo, entre los que está Daniel Calderón como nuevo director de la Fuerza Pública, además está trabajando en reacomodar a los jefes policiales de las distintas regiones, los cambios serán anunciados en los próximos días.