Álvaro Cáceres, un oficial de Tránsito que tiene 10 años de atender la carretera Braulio Carrillo, ha tenido que atender unos 100 accidentes en ese tiempo y confirma que todos pudieron haber sido evitados y dice también que las carreteras no son peligrosas, los peligrosos son los choferes.
Le duele profundamente a este oficial que haya tanto intrépido jugando de vivazo en las carreteras y que los borrachos al volante, los falsos adelantamientos, los que andan a más de teja por hora y los que manejan moto sin casco, entre otros irresponsables, sean los que lleven luto a las familias costarricenses.
“Es muy cierto que el clima y la topografía (el terreno) influyen cuando se conduce, pero la mayor influencia se da cuando no hay respeto por las leyes de tránsito. Cualquier ruta es peligrosa si se maneja borracho y cualquier ruta es segura si se maneja responsablemente”, advirtió don Álvaro.
Hasta el día de hoy este oficial recuerda un accidente que ocurrió en la 32 en el 2003. Él llegó a atender la situación y se topó con que 5 kilómetros del túnel Zurquí, hacia Guápiles, un vehículo atropelló a un peatón, lo montó en la tapa y lo arrastró unos 75 metros.
“Me topé un río de sangre, algo muy difícil de observar. Jamás se prepara uno para estar de frente a la muerte, algunas noches me acuerdo de ese accidente tan duro”, comentó.
Lo que más le sorprende es que en sus 10 años en la que se conocía como “la ruta de la muerte” no le ha tocado cubrir un accidente de esos que uno diga "ok, se le estalló una llanta, fue algo que no pudo prevenir".
“Algo mecánico, un accidente donde el chofer no sea el responsable, es algo que no he logrado ver en mis 33 años de andar con tanto orgullo este uniforme de oficial de Tránsito, por eso digo que de los aproximadamente cien accidentes que he atendido en la Ruta 32, todos se pudieron evitar”, concluyó.