Muerte de joven copilota unió a todo un pueblo en el dolor

La trágica muerte de Emma Ramos Calderón, de 26 años, no solo ha causado un gran dolor en su familia. La fatalidad entristeció tanto a un pueblo que muchos decidieron no celebrar la llegada del año nuevo para apoyar a la familia de la joven.

Emma era la copilota de la avioneta que se estrelló el domingo 31 de diciembre en Nandayure de Guanacaste, un accidente que también cobró la vida del piloto Juan Manuel Retana, la guía turística Amanda Geissler y las familias estadounidenses Weiss y Steinberg. En total, 12 personas perdieron la vida.

El accidente sucedió a eso de las 12:20 p.m. luego de que la avioneta de Nature Air despegó desde la pista de Punta Islita hacia el aeropuerto Juan Santamaría. La aeronave se desplomó en un sector montañoso de Corozalito, en Nandayure, poco después de alzar vuelo.

Ese 31 de diciembre se vivió de una forma muy distinta en San Jerónimo de Moravia, de donde era Emma. No hubo fiestas, música o pólvora, la última noche del año estuvo llena de silencio.

Delio Vega, un amigo cercano a la familia de Emma, nos contó que la noticia del accidente les cayó a todos como un balde de agua fría porque cuando se dieron cuenta jamás pensaron que Emma estuviera entre las personas afectadas. Finalmente escucharon su nombre y entonces el corazón se les hizo un puño.

A partir de eso los planes de celebrar la llegada del 2018 cambiaron para muchos vecinos. El festejo pasó a segundo plano porque nadie podía dejar de pensar en cómo apoyar a la familia de Emma en un momento tan doloroso.

“Nosotros siempre compartimos ese día donde mis suegros, pero ya la celebración no fue la misma. Sabíamos que había luto aquí en el pueblo y había que unirse también. Ya no era lo mismo, yo tengo hijos estudiando y entonces uno se pone en el lugar de ellos (los familiares de Emma) y es bastante triste y difícil”, dijo Vega.

Una sola familia

Doña Cecilia Zúñiga, quien conoció a Emma desde chiquitita, aún sufre la pérdida de la joven, a quien recordó como una muchacha humilde, calladita y estudiosa, alguien que siempre destacaba en todo lugar por su gran sonrisa.

Mientras un par de lágrimas recorrían sus mejillas, doña Cecilia dijo que el 31 de diciembre ya no había nada qué celebrar. Lo único que se le vino a la mente fue irse corriendo adonde sus vecinos (los parientes de Emma) para abrazarlos y solidarizarse con ellos.

“Yo no dejé ni que pusieran el radio fuerte, hay uno (nieto) que está en tercer año y le dije: ‘el radio póngalo bajitico para usted, pero no me lo ponga duro’. Yo fui a la casa de ellos (familia de Emma) y les dije: ‘hoy estamos de luto todos porque somos una familia de toda la vida’ y ahí me quedé con ellos”, contó doña Cecilia.

Ejemplo de fortaleza

El cielo nublado, la llovizna y el frío de San Jerónimo podrían verse como un reflejo del sentimiento que hay entre los vecinos de este pueblo, quienes aún siguen sin creer que una tragedia así haya golpeado a uno de los suyos.

En medio de la tristeza Delio Vega destacó que la familia de Emma se ha convertido en un ejemplo para todos, aun cuando ellos son los que más han sufrido la pérdida de un ser querido.

“Dentro de lo que se puede estamos agradecidos con Dios porque es una familia muy unida. Sí están golpeados, pero son muy fuertes, nos han dado un ejemplo de fortaleza y de unión familiar. Esto no solo los afectó a ellos, golpeó muy fuerte al pueblo completo”, añadió.

Vega dijo que este miércoles se llevó a cabo una misa en honor a Emma en la iglesia de la comunidad, que está a pocos metros de las casas de sus papás y sus abuelitos. Según Vega. casi todo el pueblo participó en la actividad.

De momento la familia Ramos y toda la comunidad de San Jerónimo está a la espera de que el OIJ entregué el cuerpo de Emma para así darle la despedida que esta joven se merece.