A Lorenzo Alfonso Acosta Murillo, 49 años, le quitaron la vida al recibir varios disparos en el pecho y los brazos.

El ataque lo sufrió cuando regresaba de su trabajo como recolector de chatarra. Él empujaba una carreta cuando se habría topado con una mujer de apellido Mejía, 43 años, con la que, en apariencia, tuvo una discusión.

En determinado momento, la mujer se va, pero en cuestión de minutos regresó donde estaba Lorenzo, acompañada por dos jóvenes de apellidos Chaves, de 20 años, y de Torrentes, de 26 años.

Nuevamente, se armó un pleito que terminó con el homicidio de Lorenzo, a quien de cariño le decían: Jojol.

“Aparentemente, fue interceptado por una mujer con quien tuvo una discusión, pues tenían un problema personal. Aparentemente, esta mujer luego se fue y buscó a dos hombres, quienes llegaron al lugar, se dio un altercado con el ofendido porque le querían quitar la carretilla en la cual llevaba la chatarra y en determinado momento alguno de estos habría sacó un arma de fuego y le habría disparado”, detallaron en la oficina de prensa del OIJ.

La terrible situación fue reportada pasadas las 5 de la tarde de este viernes 19 de mayo en Mollejones de Coyolar de Orotina. Cuando los rescatistas llegaron al lugar, la víctima no tenía signos vitales.

LEA MÁS: ¡Homicidios no paran! Hombre es asesinado de un balazo en el pecho

Cayeron con la carreta de la víctima

Los sospechosos huyeron del sitio, pero veinte minutos después, oficiales de la Fuerza Pública encontraron a los dos hombres frente a la casa de la mujer sospechosa, quien vive cerca de donde ocurrió el homicidio.

Primero detuvieron a los sujetos y minutos después a la mujer, todos al frente de la vivienda.

Las autoridades judiciales allanaron la casa de la mujer y dentro de la propiedad encontraron la carretilla del fallecido.

La agresión ocurrió cuando la víctima iba camino hacia su casa, en Santa Rita de Orotina. Los lugareños lo recuerdan como un hombre muy esforzado y tranquilo, siempre lo veían salir a trabajar todos los días desde las 7 a.m., hasta las 5 p.m., cuando regresaba.

Gladys Pérez León, cuñada de Lorenzo, afirma que era un hombre callado y tranquilo, no le gustaban los problemas y siempre vivía esforzándose porque él velaba por su papá, un adulto mayor, de 88 años.

“Mi suegro está destrozado, no puede creer que le hayan quitado a su hijo de esta manera”, expresó.

La familia es de escasos recursos y necesita ayuda para sepultarlo, así que usted les puede ayudar mediante un Sinpe al número 6439-2291 a nombre de Evelyn Jiménez Pérez, con el asunto: funeral Lorenzo.