La familia de Juan Rafael Durán vive una experiencia doblemente amarga. El martes 18 de julio el señor, de 65 años, murió aparentemente por un infarto y pese a que ya han pasado ocho días aún no han podido velarlo ni despedirlo.
El cuerpo de Juan Rafael es uno de los 35 que está varado en el Complejo de Ciencias Forenses, en San Joaquín de Flores, debido a la huelga de los empleados del Poder Judicial (ver nota aparte).
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Marta Sierra es hijastra de don Juan, pero siempre lo vio como al papá. Por eso se siente atormentada por el atraso que han tenido para sepultarlo y empezar el duelo.
“Les pedimos a las personas que trabajan en la Morgue que no usen nuestro dolor para conseguir las cosas que están pidiendo. Si ya es difícil perder a un ser querido, estar con la angustia de no saber cuándo lo vamos a enterrar hace todo más doloroso”, dijo Sierra.
Juan Rafael, a quien muchos conocían como "Flaco", vivía solo en un cuartito en el barrio Los Cocos, en Limón centro. Todos los días iba a desayunar a la casa de María Alemán, la mujer que amaba.
“Él siempre fue un gran apoyo para mi mamá, para mí y para mis hermanos. Todos los días nos visitaba, desayunaba con nosotros y hasta iba a recoger a mis hijos a la escuela.
“El martes pasado nos extrañó mucho que no llegó a la casa y mi mamá habló con el dueño del cuartito en el que dormía para que lo fuera a buscar. Lo encontraron tirado en el suelo, muerto. Pareciera que fue un infarto; sin embargo, lo llevaron a la Morgue para hacerle la autopsia y saber exactamente de qué murió”, agregó.
Lo llevaron pensando que pronto tendrían el cuerpo para darle sepultura.
Otra preocupación
Juan Rafael compartió los últimos 25 años de su vida con María y la pérdida ha hecho que la mujer, de 64 años, decaiga mucho.
“Mi mamá adoraba a mi papá y estamos muy preocupados porque ella porque padece presión alta y también es diabética. Además es sobreviviente de cáncer de mama y nos preocupa que tanta angustia le pueda reactivar esa enfermedad”, dijo Marta.
"Hemos tratado de mantenerla ocupada como para que se distraiga. Ella es costurera, entonces le decimos que saque los pedidos que tiene mientras nos entregan el cuerpo para despedirlo.
“Nosotros somos de escasos recursos y hemos hecho milagros para conseguir la platica del funeral, ya contactamos a una funeraria y han estado muy atentos con nosotros, pero con tanto atraso es capaz que ni siquiera nos van a dejar velarlo porque ya lleva muchos días muerto”, añadió.
Como si ya no fuera suficiente todo el drama que está viviendo la familia limonense, Marta ha tenido que ver cómo se las ingenia para alistar todo para el funeral.
“Yo trabajo en Pizza Hut y ahí le dan a uno tres días libres cuando fallece un familiar para que uno lo despida. En mi caso ya esos tres días pasaron y ni siquiera he podido ver el cuerpo de mi papá. Lo que tuve que hacer fue escribir una carta explicando la situación para que me den un permiso sin goce de salario porque yo soy la que he estado encargándome de todo”, narró.
Juan Rafael se ganó la vida trabajando en construcción y se encargó de dejar una huella alegre y positiva en todas las personas que lo rodeaban.
Pese a que no era el papá biológico de los cuatro hijo de María, ellos siempre lo quisieron muchísimo por que sus doce nietos postizos lo amaban.