Desde que Jean Carlos Zúñiga era un niño le tenía miedo a los temblores, por lo que sus familiares siempre trataban de calmarlo cuando se venía un meneón.
Este domingo el joven, de 24 años, estaba en su cuarto y acaba de terminar de comer cuando se vino el temblor de 6,5 grados ocurrido 23,4 km al sureste de Jacó y Jean Carlos se asustó muchísimo.
Él gritó que estaba temblando y la mamá corrió al cuarto del muchacho. Justo cuando él estaba saliendo de la habitación cayó inconsciente.
“Dos hermanos de él lo llevaron a la clínica de Coronado, pero ahí dijeron que ya estaba muerto. Fue algo muy duro porque Jean Carlos era alguien muy especial, por eso, muchos familiares y amigo llegaron a la clínica de Coronado a apoyar a mis tíos que estaban muy afectados”, relató Yoselyn Muñoz, prima de la víctima del violento sismo.
El jovencito era vecino de San Pedro de Coronado, trabajaba en Tigo y había estudiado varias materias de la carrera de Farmacia. Él se desvivía por ayudar a los demás, incluso estaba organizando una fiesta de Navidad para 85 niños que forman parte de un club infantil.
Jean Carlos estaba buscando regalos entre sus conocidos para niños con edades de entre los 2 y los 12 años. Además, pedía para la fiesta helados, piñatas y confites.
“Ese era un proyecto que tenía mi primo desde hace poco tiempo, le nacía hacer esas cosas, siempre fue muy entregado a los demás y muy cariñoso con todos”, aseguró Yoselyn.
El sismo que causó la muerte del veinteañero se dio el domingo a las 8:28 p. m. y tuvo una profundidad de 20 kilómetros.
Cuatro minutos después del primer socollón; a las 8:32 p. m., se produjo otro movimiento de 5,1 grados, con epicentro localizado 20 kilómetros al sur de Jacó. A las 8:36 p. m. ocurrió un tercer meneón de 4,1, con epicentro 20 kilómetros al sur de Jacó. Los sismos tuvieron una profundidad de 10 kilómetros.
El sismo no solo paró el corazón de Jean Carlos, sino también el de Alberto Segura Gutiérrez, de 55 años y el de Teresa Viales Navarro, de 59.
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Segura, quien era director de la Escuela de Informática de la Universidad Nacional (UNA), y tenía 20 años de trabajar en ese centro educativo, vivía en Alajuela. La noche del domingo estaba en Jacó celebrando su cumpleaños.
Según informó la Cruz Roja, cuando empezó a temblar el ingeniero en sistemas se sintió mal por lo que lo llevaron a la clínica de Jacó donde lo declararon fallecido por un paro cardíaco.
Johnny Núñez, del departamento de prensa de la UNA, dijo que Segura había estado de manteles largos el viernes pasado y por eso se había ido a pasear con la familia.
Alberto tenía 30 años de casado y, según registra el Tribunal Supremo de Elecciones, tenía una hija de 22 años.
La tercera víctima mortal del sismo, Teresa Viales, también estaba de paseo en Jacó.
Viales era vecina de la ciudadela Juanito Mora, en Puntarenas, pero este domingo, a eso de las 6 p.m., llegó a calle Los Cholos, en Jacó, con la idea de pasar un rato con su hija Cinthia Gómez y su nieto.
Así lo contó Jorleny Quesada Mena, cuñada de Cinthia. “Ella (doña Teresa) siempre acostumbraba visitar a la hija. Creo que padecía de presión alta y (tenía) problemas en el corazón”, dijo la cuñada.
Agregó que Cinthia y su madre se querían mucho. La allegada recuerda que todo ocurrió muy rápido.
“Cuando me di cuenta ya estaba una ambulancia y sacaron a doña Teresa hacia la clínica de Jacó, luego nos dieron la mala noticia”, dijo dolida.
En el transcurso de este lunes los familiares de las víctimas retiraron los cuerpos de la Morgue Judicial y los llevaron a las casas para velarlos y despedirse.