El ataque de un yihadista en Londres que causó dos heridos en febrero de 2020 pudo ser evitado si su autor hubiera sido encarcelado, después de que se detectó que compró material para fabricar un cinturón explosivo falso, estimó el viernes la justicia británica.
Sudesh Amman había salido de la cárcel menos de dos meses antes del ataque, el 2 de febrero, después de haber efectuado la mitad de su pena de 40 meses, por posesión y distribución de documentos yihadistas.
Este hombre de veinte años era considerado tan peligroso que a su salida de la cárcel era vigilado de cerca por policías armados, lo que permitió neutralizarlo apenas un minuto después de que empezara a acuchillar a la gente en una calle de Londres.
El jurado que analizó el caso estimó que los oficiales mataron al atacante "de forma legal", pero que las autoridades "fallaron" al no mandarlo a la cárcel dos días antes de los hechos.
En esa fecha, los responsables policiales y del servicio de espionaje interior MI5 se reunieron de urgencia después de detectar que Sudesh Amman compró artículos (cinta adhesiva, aluminio y una bebida gaseosa) que podían ser utilizados para fabricar un cinturón explosivo ficticio.
Las autoridades finalmente no lo mandaron de vuelta entre rejas, y optaron por reforzar la vigilancia.
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