Huido del conflicto en Daguestán de niño, Gazi Jalidov peleó este viernes por darle una anhelada medalla olímpica de boxeo a España, su país de acogida, pero su sueño acabó con un imponente nocaut del ruso Imam Khataev.
Jalidov, nacido en Rusia y refugiado con su familia en España desde los 10 años, se quedó a un paso de las semifinales del peso mediano pesado (75-81 kg) que hubieran garantizado la primera medalla española en boxeo desde 2000.
El español, de 26 años, recibió un serio castigo por parte de Khataev y tuvo que ser atendido en tres ocasiones por sangrado en la nariz.
Jalidov trataba de contener a Khataev y aprovechar su potente jab pero el experimentado boxeador del equipo del Comité Olímpico Ruso (ROC) mantuvo siempre la pelea bajo control.
A segundos de la última campana, el púgil ruso aprovechó una falta de guardia del español para lanzar un descomunal derechazo que hizo desplomarse a su rival.
El púgil ruso incluso corrió a interesarse por el estado de Jalidov ante su fulminante caída. Finalmente el español se pudo levantar y permanecer en el ring durante el anuncio del ganador.
La delegación española de boxeo de Tokio-2020 ha generado grandes expectativas de regresar al podio 21 años después de la plata de Rafa Lozano en Sídney-2000.
El peso pesado (81-91 kg) Enmanuel Reyes será el siguiente español en liza pero afronta un complicado cruce de cuartos ante el cubano Julio la Cruz, oro olímpico en Rio-2016.
El camino de Jalidov, que había ganado el miércoles al australiano Paulo Aokuso, levantó especial expectación en España por la dureza de su trayectoria personal.
Junto a su madre y cuatro hermanos, Gazi tuvo que huir de Daguestán por las amenazas sufrida por su padre y penar en una travesía por diversos países europeos como Alemania y Francia.
Al llegar a España, donde terminaron siendo acogidos, el futuro boxeador supo que su padre había sido asesinado.
Con el apoyo de la Cruz Roja, su familia residió primero en el País Vasco y luego en La Rioja, donde sigue viviendo y comenzó a boxear, primero para imitar a uno de sus hermanos y luego por pasión.
Durante un tiempo vivió de nuevo en Rusia pero regresó a España después de sufrir dos fracturas en la mano derecha que estuvieron cerca de hacerle colgar los guantes.
Trabajó en la construcción y el ocio nocturno hasta que un año después volvió a boxear y a despuntar, bajo la tutela de José Ignacio Barruetabeña, un excampeón de España en peso supermedio, que se convirtió en una figura paterna.
Jalidov comenzó a representar a España en el Mundial de 2019 de Ekaterimburgo y consiguió el boleto a Tokio-2020 en el preolímpico de París.
Finalmente su camino hacia la deseada medalla que quería dedicar a su padre terminó de la forma más dolorosa ante un poderoso rival de su país natal.
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