El gobierno irlandés anunció el martes que prepara medidas de urgencia en caso de que estalle un conflicto comercial entre la Unión Europea y el Reino Unido debido a sus desacuerdos sobre las disposiciones post-brexit en Irlanda del Norte.
Londres exige una renegociación en profundidad del protocolo de Irlanda del Norte concluido en el marco del Brexit, que mantiene a la provincia británica de facto en el mercado único europeo para evitar el regreso de una frontera física con la República de Irlanda.
Bruselas se niega y sólo ofrece algunos ajustes. Las discusiones de las últimas semanas han permanecido estancadas.
En la radio RTE, el viceprimer ministro irlandés, Leo Varadkar, anunció que el lunes se celebró una reunión del gobierno para "desempolvar y relanzar [sus] preparativos para un plan de emergencia", previsto inicialmente en caso de un Brexit sin acuerdo.
El objetivo es prepararse para una posible suspensión del acuerdo de libre comercio entre el Reino Unido y la UE en caso de escalada, sobre todo si Londres cumple su amenaza de activar el mecanismo de salvaguardia que permitiría suspender ciertas disposiciones del protocolo de Irlanda del Norte.
"No creo que nadie quiera que la UE suspenda el acuerdo de comercio y cooperación con el Reino Unido, pero si el Reino Unido actuara retirándose del protocolo, del acuerdo de retirada, creo que la UE no tendría más remedio que introducir medidas de reequilibrio", advirtió.
El protocolo, en vigor desde principios de año, mantiene a la provincia británica en la unión aduanera europea y en el mercado único, para evitar el regreso de una frontera física en la isla de Irlanda, que podría socavar el acuerdo de paz de 1998.
Londres exige su renegociación y, en particular, la supresión del derecho del Tribunal de Justicia de la UE a supervisar su aplicación, sustituyéndolo por el "arbitraje internacional", un cambio inaceptable para los europeos.
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