El jefe del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), Julio Velarde, quien lleva 15 años en el cargo, dijo este viernes que aceptó una propuesta del presidente izquierdista Pedro Castillo para seguir desempeñando esa función otros cinco años.
"Nunca he querido aferrarme al cargo, me ofrecieron públicamente quedarme en la presidencia (del BCRP), pero he aceptado. Obviamente, es decisión del presidente (Castillo) si al final me nombra o no", declaró el banquero durante una conferencia de prensa.
Velarde hizo el anuncio a cuatro días de que Castillo se reúna en Nueva York con el presidente del Banco Mundial, David Malpass, y la Directora Gerente del FMI, Kristalina Gueorguieva, previsto para el martes.
Una de las tareas del Banco Central es el control de la inflación que superó por primera vez en décadas la barrera del 3,0% -en los pasados 12 meses-, situándose en 4,95%. La meta de la entidad era cerrar el 2021 con una tasa menor a 3,5%.
Velarde, un doctor en economía de 68 años, fue nombrado como jefe del Banco Central en 2006 por el entonces presidente Alan García y ha sido ratificado posteriormente por los mandatarios Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczyinski, Martín Vizcarra y Francisco Sagasti. El BCRP es autónomo, pero su titular es designado por el gobernante.
"Nuestro compromiso es mantener el equilibrio fiscal y mejorar la calidad del gasto público, promover las inversiones y respetar la independencia y autonomía del BCRP. Por ello nuestra voluntad de ratificar al Dr. Julio Velarde como presidente de esta importante institución", dijo Castillo en junio tras ganar la presidencia en un apretado balotaje.
La continuidad de Velarde por otro quinquenio en el Banco Central había sido sugerida por los agentes económicos del mercado como una garantía de que la economía peruana bajo Castillo no caería en moldes estatistas.
Castillo tiene como ministro de Economía y Finanzas a Pedro Francke, un economista de 60 años percibido como de izquierda moderada, quien ha asegurado que se respetará la propiedad privada y se promoverán el buen funcionamiento de los mercados y la inversión privada.
El gobierno tiene el desafío de reactivar una economía que se hundió 11,12% en 2020, fuertemente golpeada por la pandemia, con un aumento de la pobreza y la informalidad.
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