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Las tensiones en Asia Central marcarán el viaje del papa a Kazajistán

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El papa Francisco viaja a Kazajistán la próxima semana para una visita de tres días que estará probablemente dominada por las tensiones en Asia Central después de la invasión rusa de Ucrania.

El pontífice de 85 años, a quien los médicos han recomendado bajar el ritmo tras sus problemas de rodilla, acudirá a una cumbre interreligiosa en la capital kazaja, Nursultán, del 13 al 15 de septiembre.

Un centenar de delegaciones de 50 países participarán en este evento en este país, situado justo al sur de Rusia, que se independizó en 1991 durante el colapso de la Unión Soviética.

El autoritario presidente Kassym Jomart Tokayev, de 69 años, es aliado de Moscú, aunque desde la guerra en Ucrania han emergido tensiones entre ambos países.

Tokayev ha evitado respaldar la invasión. Y la presencia de una amplia comunidad rusa en el norte de Kazajistán hace temer un resurgimiento de las ambiciones imperiales de Moscú en esa zona.

Kazajistán limita con otras antiguas repúblicas soviéticas, además de China y el mar Caspio.

"Dada la dramática situación internacional, la visita aporta esperanza para la paz y la reconciliación a escala global", dijo el arzobispo de Nursultán, Tomasz Peta, al medio Vatican News antes del viaje.

Se especuló con una posible reunión en Kazajistán entre Francisco y el patriarca Kirill de la Iglesia ortodoxa rusa, un cercano aliado del presidente Vladimir Putin, como parte de los esfuerzos diplomáticos del Vaticano para terminar el conflicto.

Mientras el pontífice pide paz y denuncia "una guerra cruel y sin sentido", Kirill ha defendido la "operación militar" de Putin y la lucha contra "los enemigos internos y externos" de Rusia.

Las opciones de un encuentro quedaron lapidadas el mes pasado, cuando la Iglesia de Rusia dijo que el patriarca no viajaría a Kazajistán.

En cambio, Francisco podría encontrarse con el presidente chino Xi Jinping, que estará en el país al mismo tiempo.

El Vaticano está actualmente negociando con China la renovación de un histórico acuerdo provisional sobre el nombramiento de obispos en China.

En 1951, Pekín rompió lazos con la Santa Sede, forzando a los católicos a escoger entre la pertenencia a la Asociación Patriótica Católica China, dirigida por el Estado, o las iglesias clandestinas leales al papa.

No se ha anunciado ningún encuentro. Como no existen relaciones diplomáticas entre el Vaticano y China, cualquier reunión entre ambos no será oficial.

Francisco debe aterrizar el martes por la tarde en Nursultán, donde acudirá al palacio presidencial y pronunciará un primer discurso ante las autoridades y el cuerpo diplomático.

El miércoles hablará en la apertura de la sesión plenaria del Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales antes de celebrar una misa por la tarde y cerrar su visita el jueves reuniéndose con líderes católicos.

Rico en recursos energéticos, Kazajistán tiene 19 millones de habitantes, de los que un 70% son musulmanes sunitas y un 25% son cristianos, principalmente ortodoxos rusos. Solo un 1% es católico.

Tokayev empezó una serie de reformas después de su elección en 2019, pero el país se vio sacudido por protestas contra los elevados precios del combustible a principios de año que dejaron 200 muertos y desmenuzaron su imagen de estabilidad.

Adrien Fauve, investigador y director del Instituto Francés de Estudios de Asia Central, dijo a AFP que ha habido "tensiones muy significativas" en el país, que era "testigo de una etapa de la consolidación en el poder del actual presidente Tokayev".

Francisco es el segundo papa en visitar Kazajistán. Antes lo hizo Juan Pablo II en septiembre de 2001.

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