Emmanuel Macron y Mario Draghi llamaron el jueves a los países de la Unión Europea (UE) a reformar las normas presupuestarias europeas definidas por los criterios de Maastricht con el objetivo de permitir mayor gasto de inversión, reconociendo, no obstante, que también será necesario reducir la deuda.
"De igual modo que estas reglas no se interpusieron en nuestra respuesta a la pandemia, no deberían impedirnos efectuar todas las inversiones necesarias", reclamaron los dirigentes francés e italiano en una tribuna publicada en el sitio web del Financial Times.
Macron ya había anunciado el 9 de diciembre que quería hacer de la reforma de los llamados criterios de Maastricht una de las prioridades de la presidencia francesa de la UE que comienza en enero, considerando que la cuestión del "a favor o en contra del 3%" de déficit estaba "superada".
Su mensaje, apoyado en esta ocasión por el jefe del gobierno italiano, se dirige a los países comunitarios más favorables a las reglas de rigor presupuestario actuales, incluidos los del norte de Europa, que mostraron sus reticencias ante la adopción de un presupuesto de recuperación excepcional pospandemia, y también a Alemania, cuyo nuevo canciller, Olaf Scholz, se ha mostrado hasta ahora reservado sobre la cuestión.
"No hay duda de que debemos reducir nuestro nivel de endeudamiento, pero no podemos esperar hacerlo aumentando los impuestos o haciendo recortes insostenibles en el gasto social, ni cortar en seco el crecimiento con un ajuste presupuestario inviable", escriben los dirigentes.
"Debemos disponer de un mayor margen de maniobra y poder hacer gastos clave necesarios para nuestro futuro y nuestra soberanía".
"Las reglas presupuestarias deberían favorecer la deuda creada para financiar esas inversiones, que innegablemente contribuyen al bienestar de las generaciones futuras y al crecimiento a largo plazo, dado que ese gasto público participa de facto a la viabilidad de la deuda a largo plazo", subrayan.
Según el Elíseo, Macron espera poder hacer "una estimación cuantificada de las necesidades de inversión y de las reglas que deberán evolucionar en consecuencia, incluidas las reglas de competencia y comercio, pero también las normas presupuestarias europeas, "que deben adaptarse a los retos del momento" en una cumbre informal de jefes de Estado y de gobierno de la UE.
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