El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, se trasladó al frente de batalla contra los rebeldes de la región de Tigré, según los medios estatales, generando alarma internacional y llamados a un alto el fuego inmediato.
Después de un año de guerra que ha matado a miles de personas y ha hundido a cientos de miles en la hambruna, la violencia va en aumento y los gobiernos extranjeros piden a sus ciudadanos dejar el país entre temores de que los rebeldes lleguen a la capital Adís Abeba.
El primer ministro Abiy, ganador en 2019 del premio Nobel de la Paz, "está liderando ahora la contraofensiva" y "está ofreciendo su liderazgo desde el campo de batalla desde ayer (martes)", señaló el medio Fana Broadcasting Corporate.
No está clara la situación de Abiy, un antiguo operador de radio del ejército que escaló hasta teniente-coronel. La prensa estatal no difundió imágenes suyas en el frente de combate y fuentes oficiales no respondieron a las solicitudes de detalles sobre su misión y paradero.
En cualquier caso, la difusión de esta información generó alarma en la comunidad internacional, que lleva meses pidiendo un apaciguamiento del conflicto en el segundo país más poblado de África.
Desde Colombia, en una visita por el quinto aniversario del tratado de paz, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, pidió un "alto el fuego incondicional e inmediato para salvar el país".
Estados Unidos advirtió que "no hay solución militar" para la guerra e instó a todas las partes a que "se abstengan de una retórica incendiaria y belicosa, a que utilicen la moderación, respeten los derechos humanos, permitan el acceso humanitario y protejan a los civiles", indicó el departamento de Estado.
La guerra en Etiopía estalló en noviembre de 2020 cuando Abiy envió las tropas federales a la región de Tigré para derrocar a sus autoridades del Frente de Liberación del Pueblo de Tigré (TPLF) en respuesta a presuntos ataques contra bases militares.
Aunque el gobierno cantó victoria semanas después, los rebeldes lanzaron un contraataque en junio para recuperar gran parte de Tigré y avanzar hacia las regiones vecinas de Amhara y Afar. Esta semana aseguraron estar a 220 kilómetros de Adís Abeba.
Según la cadena Fana, el anuncio de Abiy "ha inspirado a muchos para (...) unirse a la campaña de supervivencia". En la capital, cientos de nuevos reclutas participaron en una ceremonia en su honor.
"Cuando un líder deja su silla y su trono es para rescatar a su país", decía Tesfaye Sherefa, un conductor de 42 años, a AFP.
Entre los nuevos reclutas había Feyisa Lilesa, maratoniano ganador de una plata olímpica en Río de Janeiro, quien aseguró a medios estatales que el avance rebelde presentaba "una gran oportunidad" para defender la nación.
A pesar de estos llamados épicos, el gobierno federal defiende que el progreso reivindicado por los rebeldes son exagerados y critica lo que entiende como una cobertura sensacionalista y una actitud alarmista de las embajadas occidentales.
El Reino Unido urgió a sus ciudadanos a dejar el país "inmediatamente mientras haya vuelos comerciales disponibles y (el aeropuerto) siga abierto". La ONU había señalado que evacuaría a las familias de sus empleados internacionales.
La guerra ha desencadenado una crisis humanitaria, masacres, violaciones masivas y multitud de desplazados. La ONU alertó de un desplazamiento masivo en el oeste de Tigré, donde Estados Unidos había advertido de limpieza étnica.
Se trata de una zona ocupada por las fuerzas de la región de Amhara durante el año anterior, donde varios testigos han señalado a AFP redadas masivas de ciudadanos de Tigré.
"Las autoridades de esa zona de Tigré informan de 8.000 nuevas llegadas, potencialmente hasta 20.000", dijo la Agencia de la ONU para los Refugiados.
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