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Recreación de batalla contra Occidente de príncipe medieval ruso, algo más que historia

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Rodeado de decenas de hombres con cascos medievales que simulan ser teutones en un campo de batalla, un actor que encarna al príncipe ruso Alexander Nevski clama: "Esta tierra es rusa, siempre lo ha sido y siempre lo será", una representación con ecos de actualidad en el conflicto con Occidente.

Esta recreación fue realizada por aficionados de la historia en la localidad rusa de Samolva, a orillas del lago Peipus, con riberas en Rusia y también en Estonia.

En este lago, que en la batalla real estaba congelado, el príncipe de Nóvgorod, Alexander Nevski, derrotó a soldados de la Orden Teutónica en abril de 1242. Estos guerreros eran originarios de una región que ahora está en Alemania y querían conquistar el territorio de Rusia medieval para convertir a sus habitantes al catolicismo.

La figura de Nevski ocupa ocho siglos más tarde un lugar importante en el imaginario de la historia rusa construido por el presidente Vladimir Putin para justificar su ofensiva en Ucrania, explicada como una medida defensiva para proteger a poblaciones de habla rusa en peligro frente a Occidente.

"Lucharemos ahora contra Europa como lo hicieron nuestros ancestros", declaró Oleg Yakontov, un paracaidista retirado de 56 años, con el rostro sudado por el ejercicio. En la representación luchó con escudo y espada contra los guerreros teutones.

Vladislav Vasiliev, de 23 años, todavía está sin aliento tras el espectáculo. "Nevski simboliza la defensa de la patria y la victoria", afirmó.

Cientos de turistas acudieron en familia a la representación de la batalla, en un día soleado, con olor a barbacoas y al son de música rock.

La jornada termina por una demostración de combates con armas blancas de una tropa de caballería encabezada por un joven actor rubio que encarna a Alexander Nevski.

En septiembre de 2021, Vladimir Putin y el patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Rusia, Kirill, inauguraron juntos una imponente escultura metálica que representa al autoritario príncipe de Nóvgorod y a su tropa.

"La figura de Alexander Nevski es realmente grandiosa", declaró el dirigente ruso, quien lo elogió como un "comandante militar brillante", pero también como un diplomático hábil.

Para vencer a los cruzados Nevski tuvo que colaborar con la gran potencia de la época los mongoles de la Horda Dorada, que habían devastado y sometido a una gran parte de los principados rusos.

Según el Kremlin, este acercamiento decisivo hacia Asia es lo que permitió salvar tradiciones rusas frente al expansionismo occidental.

"Su gran logro fue su elección de civilización", explicó a AFP el sacerdote ortodoxo Igor Fomin, de 52 años, que presenció el espectáculo. "Él eligió privilegiando el aspecto espiritual, su patria, su pueblo, poniéndolos por delante de la comodidad", indicó.

Esta estrategia parece de actualidad en un momento en el que Rusia, que enfrenta sanciones sin precedentes de Occidente por su ataque a Ucrania, impulsa una gran cercanía económica y política con China.

Incluso en la Era Soviética, la figura heroica de Nevski, que sin embargo, era un símbolo religioso, fue instrumentalizada y quedó gravada en la memoria colectiva gracias a una película de propaganda de Serguéi Eisenstein, lanzada en 1938.

En una escena, cuya veracidad es puesta en duda por los historiadores, los combatientes teutones, que pesaban demasiado, mueren ahogados tras romper el hielo del lago congelado.

La obra, que fue encargada por Stalin, buscaba una movilización frente a la Alemania nazi, pero luego fue prohibida por el pacto de no agresión entre la URSS y Hitler, que rigió entre 1939 y 1941.

Tras el ataque lanzado por el Tercer Reich contra Moscú fue difundida nuevamente.

Este pacto forma parte de los episodios menos gloriosos, como los crímenes de la Unión Soviética, que el Kremlin busca minimizar activamente en Rusia, reprimiendo a quienes critican su interpretación de la historia.

El culto a Alexander Nevski se inscribe en esta política y para la mayoría de los espectadores de la representación entrevistados, no hay dudas sobre quién es el sucesor de este príncipe.

"Nuestro presidente sigue esta obra", indicó Oleg Davidov, un ingeniero de 52 años. Para él, Putin encarna "la defensa del país, su fortaleza y su seguridad".

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