El juicio a un hombre de 26 años acusado de apuñalar mortalmente al diputado británico David Amess en octubre, un ataque que conmocionó al Reino Unido y provocó llamados a reforzar la seguridad de los políticos, comenzó el lunes en Londres.
El acusado, Ali Harbi Ali, descrito por el fiscal como un "islamista fanático y radicalizado", se declaró no culpable de asesinato y preparación de actos terroristas.
El juicio se celebrará durante tres semanas en el tribunal penal de Londres, donde el acusado compareció el lunes vestido con un atuendo oscuro y gafas con montura negra.
Ali Harbi Ali está acusado de apuñalar hasta la muerte a Amess, un diputado conservador de 69 años y padre de cinco hijos, cuando el 15 de octubre se reunía con sus electores en una iglesia metodista de Leigh-on-Sea, unos 60 km al este de Londres.
"Fue un asesinato con motivación terrorista", afirmó el fiscal Tom Little.
El acusado también está imputado de preparar actos de terrorismo entre el 1 de mayo de 2019 y el 28 de septiembre de 2021.
Ali Harbi Ali nació y creció en Londres en una familia de origen somalí. Según los medios británicos, había completado brevemente un programa de antirradicalización pero los servicios de seguridad no lo consideraban una persona de riesgo.
Según el fiscal, llevaba "varios años decidido a llevar a cabo un acto de terrorismo" en suelo británico.
Así, desde mayo de 2019 llevó a cabo investigaciones para atacar a miembros del Parlamento. Había realizado reconocimientos cerca de la oficina parlamentaria de otro diputado y del domicilio del ministro Michael Gove.
Tras apuñalar a Amess, el acusado afirmó "lo he matado, lo he matado" y advirtió a dos testigos, que llegaban para la siguiente cita, que no se acercaran o los apuñalaría a su vez y que si el diputado no estaba muerto, "acabaría con él".
Luego justificó su acción como respuesta a "Siria", "los inocentes", "los bombardeos".
Negándose a soltar el arma blanca, dijo que quería ser asesinado, "morir" y "ser un héroe", según la acusación.
El Reino Unido ha sido escenario de varios ataques yihadistas con cuchillo en los últimos años, algunos reivindicados por el grupo islamista Estado Islámico (EI). No hubo reivindicación del homicidio de Amess.
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