El cuarto título en cinco años para el Manchester City, logrado este domingo, junto a una segunda plaza en 2020, certifica el dominio del equipo de Pep Guardiola en la Premier League, que sin embargo acumula fiascos en Europa, como el hundimiento sufrido en el Santiago Bernabéu en la semifinal de Champions contra el Real Madrid a principios de este mes.
Pese a sus éxitos, ¿es el City el club más detestado e injustamente tratado de Inglaterra?
Es al menos lo que desliza el propio Guardiola a los periodistas, persuadido que los éxitos y la regularidad en la excelencia de su equipo no son suficientemente reconocidos.
Seis años en el banquillo 'citizen' y seis podios, con 4 títulos, una segunda plaza y una tercera, en el campeonato de más nivel y más competitivo del mundo, debería ser suficiente para que se valorara al City, pero el hecho de no conseguir el preciado título de Champions, lleva a algunos a hablar incluso de "fracaso" del técnico catalán.
"La gente dice que como este equipo nunca ha logrado ganar la Liga de Campeones es un fracaso. No estoy en absoluto de acuerdo, pero lo respeto", asegura Guardiola.
"Sé que la gente aquí está obsesionada con la Liga de Campeones, el día que la ganemos, estoy convencido que entonces dirán que es gracias a todo el dinero que hemos gastado, no gracias a nuestro trabajo", añadió.
Contrariamente a la final de la Champions de 2021, perdida contra el Chelsea (1-0) en un partido en el que no puso de inicio a un medio recuperador o el cuarto de final perdido un año antes contra el Lyon (3-1) después de jugar por primera vez en toda la temporada con un 3-5-2, no hay mucho que reprochar a Guardiola en el doble enfrentamiento contra el Real Madrid esta temporada.
Las bajas en defensa no impidieron al City llevarse el partido en Mánchester (4-3) y no fue el único equipo en sufrir una remontada increíble en el Bernabéu, donde París SG y Chelsea vivieron debacles similares.
Pero algunos comentaristas no dejaron pasar la oportunidad de criticar a un técnico que "prefiere entrenar a jugadores sin personalidad", según el exdefensa francés del Manchester United Patrice Evra, o que "resta responsabilidad a sus jugadores aburriéndoles con sus consignas tácticas" en opinión del exjugador alemán del Liverpool Dietmar Hamman...
El Manchester City sufre ciertamente por su imagen de máquina demasiado limpia, demasiado bien pensada, demasiado bien engrasada.
Cuando gana, pese a los cumplidos de los estetas sobre la calidad de su juego, es normal, casi cansino. Cuando pierde, las críticas arrecian.
"Todo el mundo en este país apoya al Liverpool, los medios, todo el mundo...", ha llegado a declarar Guardiola en una reciente entrevista.
"Por supuesto que el Liverpool tiene una historia europea increíble. No tanto en la Premier League, porque solo ha ganado un título en 30 años, pero no es un problema", añadió visiblemente molesto.
Es cierto que los 'Reds' son un equipo más atractivo y apasionado que el City. Los partidos del City se saborean, pero los del Liverpool se devoran, con su energía, su determinación y su capacidad a darle la vuelta a las cosas, algo que suele faltar en el combinado de Guardiola.
El reciente empate 2-2 contra el West Ham fue el primer partido en el que los 'Citizens' no perdían tras llegar al descanso perdiendo por 2-0 desde que Guardiola se sienta en el banquillo.
"Si tuviese que elegir, preferiría ganar la Premier League" más que la Liga de Campeones, afirmó en marzo Kevin de Bruyne.
"En Champions, hay que ser bueno en ciertos momentos, pero es más una lotería que el campeonato, que se juega a más partidos", añadió la estrella belga, mostrándose indiferente ante las críticas exteriores.
"¿Qué es la eternidad? ¿Lo que he logrado sería más importante si hubiese ganado la Liga de Campeones la temporada pasada? Para mí, como jugador, no. (...) Al final de mi carrera, no me fijaré en lo que no he ganado", aseguró. Y el City tampoco.
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