Don Jorge Montero inició hace 30 años una “relación” con un hermoso carro que lo ha acompañado en distintos momentos de su vida.
Montero, cuando tenía 32 años, adquirió un Chevrolet K5 Blazer, del año 1979, que admiraba desde que era muy joven.
“Don Francisco, un vecino de mis papás, Manolo y Vilma, la compró cuando yo era joven y al tiempo lo vi con ese carro tan lindo y me atreví a decirle si lo vendía, pero se enojó conmigo porque estaba enamorado de su vehículo.
“Pasó un tiempo, yo ya estaba hasta casado y un día iba caminando por donde vivían mis papás y me lo topé. Me preguntó si aún quería el carro, le dije: ‘Claro que sí’, y de una me dijo: ‘Te lo vendo’, y yo le confirmé que pasaba al día siguiente por el carro”, dijo este vecino de San Francisco de Heredia.
En ese momento, don Jorge estaba corto de plata, entonces vendió otro vehículo que tenía y se deshizo de un reloj marca Rolex para poder adquirir esta joyita.
“El tiempo para tenerlo se me hizo eterno, porque me dijeron que hasta que no estuvieran los papeles no me daban el carro. Pero la espera valió la pena”, recordó.
Este fiebre de los autos le ha sacado el jugo a este chuzo a más no poder. Ha hecho giras por Centroamérica, ha batido mucho barro y lo ha disfrutado junto a su esposa Alicia y sus hijos Christian, Emmanuel, Ignacio y Jorge.
Original
Don Jorge lleva su nave a convenciones y lo usa en exhibiciones con el Autoclub Fénix de Heredia.
Este carro tiene capacidad para 5 personas, pero Montero le puso un asiento adicional para llevar a todos sus hijos.
El vehículo es color vino con el techo blanco. Sus asientos son originales, de color café, pero ahorita tienen unos forros de color gris. Tiene el volante de fábrica, su motor es de 8 cilindros, de 5.000 centímetros cúbicos.
Este Chevrolet es doble tracción, 4x4, la caja de cambios es manual, el dash mantiene el color café original. El radio lo tiene guardado, pues le puso uno más moderno que tiene entrada para llave maya y así puede escuchar música de Led Zeppelin, Rolling Stones, Elvis Presley y AC/DC.
Un buen susto
Viajando en el Blazer, don Jorge ha vivido muchas alegrías, pero hace años se llevó un buen susto.
“Veníamos de Guatemala hacia Costa Rica, éramos un grupo de seis carros y delante de mí venía un compañero, que se llama Óscar Campos, dueño de un Mustang. Había una parte muy difícil y me dijo que se sentía mal.
“Seguimos, pero luego vi donde se estrelló, se fue a la izquierda y pegó contra la cuneta. Entre todos le ayudamos y gracias a Dios fue un susto”, recordó.
Para Jorge, manejar este carro es toda una experiencia.
“El carro es muy gastón, pero logramos acomodarnos para ir a pasear, para disfrutarlo con la familia y a la gente le llama la atención verme manejarlo, por su gran tamaño. Disfruto cada recorrido, a veces lo usan mis hijos y la pasamos bien.
“Hemos ido a la playa, lo uso cuando voy a trabajar y no pienso deshacerme de del carro, quiero que en el futuro les quede a mis hijos”, destacó.