El chispero que se armó en un transformador del estadio “Coyella” Fonseca no es nada comparado a lo que se le viene a Benito Floro, si la Liga no saca la victoria el próximo domingo ante Saprissa.
Alajuelense, en un juego para el recuerdo por la suspensión de una hora y 20 minutos por falta de fluido eléctrico en tres torres de iluminación y no tanto por el buen fútbol, no pasó del empate a uno ante Guadalupe y ya suma tres partidos sin ganar.
La cosa se empieza a poner fea para los erizos, pues suman dos empates, una derrota y una victoria en el torneo de Apertura y se ubican sétimos en la tabla de posiciones, a ocho puntos de distancia del líder Herediano.
En el Coyella no hubo chispazos de buenas jugadas que salvaran al técnico español y más bien a la estrategia de Floro le faltó chispa para romper el empate.
Los guadalupanos, que llegaban como coleros del campeonato, sin ser un derroche de virtudes complicaron a los manudos.
Tanto así que al minuto 24 del partido el equipo de Luis Fernando Fallas encontró la llave para abrir el marcador por intermedio de Ronald Mauricio Montero.
La bola pegó en el palo tras un derechazo de Jorge Alejandro “el Tanque” Castro y le quedó a Montero, que sin pensarlo mucho remató de derecha y con la ayuda de un desvío de cabeza de Seemore Johnson puso el 1-0. Patrick Pemberton quedó viendo chispas del colerón.
Se animaron los guadalupanos y gracias a la buena presión lograron meter en serios problemas a la defensa eriza.
Incluso, el árbitro central, Geiner Zúñiga, le perdonó un penal a la Liga al minuto 27, pues interpretó que la bola que le pegó en la mano a Seemore fue sin intención.
Los rojinegros pasaban por el peor momento del partido y en la grada pedían a todo galillo, que le metieran lo que ponen las gallinas, porque saca más chispas el transformador del Colleya que la delantera de la Liga.
El empate manudo llegó gracias a un polémico penal, Jason Prendas le pegó un leve empujón a Jonathan McDonald y Segura sin pensarlo dos veces señaló el penal.
El encargado del cobro fue Kenner Gutiérrez, el único manudo que no ha hecho cortocircuito definió rastrero a mano derecha de Luis Torres, que por más que se estiró nada pudo hacer para evitar el empate.
Con el apagón que cosas suceden
Después del gol de Alajuelense, solo pasaron seis minutos y vino el apagón.
Fueron tres torres las que se apagaron por el chispero en el transformador.
Contrario a lo que todo mundo pensaba, las cuadrillas de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz parece que sabían lo que iba a pasar y llegaron rapidísimo a solucionar el problema, aunque ya se hablaba de jugar el resto del partido este lunes por la tarde.
Fueron minutos de corre y corre por parte de la administración del estadio, una hora y 20 minutos después, la luz volvió y todo mundo para la cancha.
Ambos clubes tomaron la decisión y firmaron un documento donde renunciaban a los quince minutos de descanso, por lo que se jugaron los seis que hacían falta del primer tiempo, luego dieron vuelta y rosca para iniciar de una vez el complemento.
En la segunda parte no hubo chispazos del poste, ni de Guadalupe y mucho menos de la Liga.
El único susto se lo pegaron los manudos que vieron como anotaban los locales en el minuto 90 +2, pero para su suerte fue anulado por posición prohibida.
Ahora Benito deberá buscar una chispa que encienda el fútbol de su equipo para visitar al Monstruo porque sino lo que se va a encender es la furia de su afición que ya anda chispiada.