Carlos Hernández es tan, pero tan fiebre del Herediano que tiene una especie de altar rojiamarillo en su casa.
Este vecino de San Rafael de Heredia se hizo florense gracias a la influencia de la familia de su papá, don Luis, que está infestada de heredianos.
Él es socio del Team desde hace 10 años y poco a poco fue armándose en la choza un rinconcito con verdaderos tesoros rojiamarillos.
“Tengo varias camisas de entrenamiento, de juegos, tengo jarras, gorras, pero una de las cosas más importantes que un herediano de verdad puede tener es la historia del Rosabal, ese estadio en donde pasamos noches mágicas y una que otra tristeza.
“Tengo un pedazo de la gradería, eso se vendió y me dieron una especie de certificado por ser acreedor de ese pedacito y tengo un par de butacas del estadio, una roja y una amarilla y las pegué en la pared de mi casa”, comentó.
Como fiebre que se respeta, estará estará en el estadio Colleya Fonseca, en Guadalupe, este domingo, para apoyar al club de sus amores en el juego de vuelta de la gran final contra Saprissa, a las 5 p. m.
Travieso
Cali, como es conocido por sus familiares y amigos, recordó que cuando era un chiquillo, él y su hermano Randall se la jugaban para llegar al estadio Eladio Rosabal Cordero y no perderse un solo juego del Team.
LEA MÁS: Keysher Fuller castigado tres partidos, a la Cueva la vetaron una mejenga
“Es un sentimiento con el que uno nace. Nosotros íbamos al estadio cada domingo que Herediano era local.
“Llegábamos temprano, antes de las nueve de la mañana porque nos gustaba ver a las promesas y la pulseábamos para que nos dejaran entrar. Nos acomodaban debajo de la cabina de transmisión y cuando terminaba el partido agarrábamos bus”, dijo este herediano de 46 años.
Cali está ilusionado con que su equipo gane 2-0 y levante así la copa número 29.
“Lo que nos pasó con el 3-0 (partido de ida de semifinales) fue una mala pasada del fútbol, como en todo deporte puede darse en cualquier momento, honestamente creo que fue en el momento justo que pasó, porque en este parón de diez días sirvió para ajustar muchas cosas, tanto anímicamente, como tácticamente”, agregó.
Le consultamos qué opinaba sobre Jeaustin Campos, técnico de pasado morado que los tiene a las puertas de dar una nueva vuelta.
“No tengo dudas del profesionalismo de Jeaustin Campos, es un estratega ganador y. ¿quién se hubiera imaginado que ese día le meterían tres goles? Jeaustin hizo ajustes para que esta vez el equipo hiciera un partido inteligente al Saprissa”, expresó.
Hernández es uno de los cuatro hijos de don Luis y doña Flory, pero sin duda alguna él y Randall llevan la fiebre por el Team a otro nivel.
“Tenemos dos hermanas. Andrea se casó con un morado y se hizo saprissista, en cambio mi otra hermana, Floribeth, sí es Herediana, al igual que su hija Karina.
“Mi hermano Randall tiene un hijo, Luis Diego, que tiene 14 años y desde los 11 es socio del Team. Mi papá no es futbolero y mi mamá es florense”, manifestó.
Incondicionales
Cali está como loco porque este domingo no habrá aficionados morados en el estadio.
“Definitivamente creo que por mucho es lo mejor que puede pasar, que haya un ambiente cien por ciento herediano, que el equipo se sienta apoyado, es una gran ventaja y eso lo vio la gente de Fuerza Herediana, prefirieron el Colleya, si lo llevaban al Nacional se hubiera llenado de morados.
“Estamos claros que el Colleya Fonseca tiene un aforo más reducido, pero el Team se inclinó más por lo deportivo, por ganar ese título 29 que es tan importante para nosotros, el del centenario”, destacó.
Al estadio irá con dos amigos, los hermanos Christopher y William Rodríguez.
“No me he perdido ni un solo de los partidos en casa desde que volvieron los aficionados, era un regreso soñado, ver al equipo, a los jugadores de cerca, sentir esa adrenalina, eso es para un fiebre como uno”, manifestó.
A muerte
Cali cree que el segundo partido de la gran final será a muerte.
“Sabemos que Saprissa llegará a jugar, tiene que llegar a jugar, viene perdiendo por un gol, irá a abrirse, a buscar ese gol y Herediano deberá hacer un juego inteligente y no encerrarse por completo”.
Para él, si el equipo no gana la copa, sería catastrófico.
“Creo que para un equipo grande el no ser campeón es un fracaso, no importa que sea el centenario o no, un equipo grande buscará el campeonato y si no lo consigue está mal porque no logró el objetivo que se propuso”.