Sufriendo y jugando tan mal como anoche, sin personalidad para ser campeón, los manudos podrían quedarse una vez más soñando con la 30. Cerraron una apretada serie contra el equipo brumoso empatando a un gol en la Catedral, para una global 4-3 y con influencia arbitral en ambos duelos a su favor.

La famosa falta penal de Bryan Ruiz en el duelo de ida; la mano de Jurguens Montenegro que solo una cámara detrás del marco permitió ver el jueves, un gol en una estrecha posición prohibida de Jonathan Moya y un penal de Faerron a Diego Estrada este sábado son factores que no se pueden negar.

El favoritismo que muchos le dan a la Liga Deportiva Alajuelense, para por fin alzar el título, anoche no se vio por ningún lado, y más bien salieron a relucir, sobre todo en el segundo tiempo, las imprecisiones en el pase, en las transiciones, y errores que significaron tarjetas que el árbitro Juan Gabriel Calderón no quiso sacar.

Tampoco se vio la jerarquía y la calma de su gran líder Bryan Ruiz, quien se enredó en el montón de desaciertos. Su mala noche se inició con el penal que le tapó en gran forma el portero Darryl Parker.

El nerviosismo se los está comiendo, se palpa en la falta de definición, en faltas arteras y tontas que podrían costar muy caro.

Los manudos entraron al juego de vuelta, en su casa, apretando clavijas y ya a los ocho minutos se adelantaron en el marcador luego de un remate de Alonso Martínez en las afueras del área. Él se fabricó toda la jugada, y en ambos partidos ha demostrado mejor fútbol que los consagrados. Ha sido un punto alto.

El disparo Darryl Parker lo rechazó al centro por donde entró Jonathan Moya para liquidar de izquierda, jugada apretada, el atacante oriundo de Monteverde tenía medio cuerpo adelantado que no percibió el línea.

Al igual que en el juego en el Fello Meza, los erizos entraron marcando las acciones, pero de nuevo la imprecisión era su principal fallo y aunque sus jugadas daban sensación de peligro, algo les falla.

Cartaginés apareció por primera vez con peligro con un tiro libre de Marcel Hernández al minuto 23 que se fue desviado cerca del segundo palo.

El cubano volvió a pegar otro susto al 27, cuando tuvo un rápido mano a mano con Leonel Moreira, que el meta rojinegro resolvió con un excepcional achique, desviando la pecosa a un costado.

En ese minuto la Liga pudo perder más que la ventaja porque Fernán Faerron se fue a la esquina donde está la bandera y sin explicación le tiró una patada a William Quirós.

Para su fortuna Juan Gabriel Calderón sólo le sacó tarjeta amarilla porque era para que lo echaran.

La Liga cerró mucho mejor el primer tiempo y hasta tuvo la oportunidad de aumentar el marcador luego de un claro penal que Daniel Chacón cometió sobre Jurguens Montenegro al 41, otro de los que se salva de la mala noche.

Parker le tapó el remate a Bryan Ruiz que lo tiró horrible y ahí empezó el sufrimiento erizo con un segundo tiempo muy amargo para el León.

Sangre azul

Si los brumosos hubieran jugado toda la serie como lo hcieron en la etapa de complemento en la Catedral, tal vez estarían preparándose para la final.

Leonel Moreira se volvió figura, a los erizos les quitaron la bola, Cartago lo metió atrás y le puso el asunto color de hormiga.

A los 49, Leo hizo un tapadón a una mano a un cabezazo de Heyrell Saravia, pesó igual que un gol, un minuto después le sacó otra a Marcel y ya al 51 no pudo más con el baldazo brumoso.

Barlon Sequeira, de flojo desempeño, no despejó a tiempo una bola en el centro del área, la pecosa le quedó a Diego Sánchez y se la puso a Willian Quirós que la colocó a la esquina derecha de Moreira.

De feria, se echó más fuego a la hoguera con una falta de penal de Faerrón sobre Diego Estrada entrando al área, metiéndole el pie abajo.

En ese sufrido episodio lo más que hizo la Liga fue un remate de Alonso Martínez a los 72 minutos que se fue desviado, mientras que Carevic sacó a Alex López y Bryan Ruiz por Bernald Alfaro y José Miguel Cubero, porque le urgía gente que metiera pata.

Cartaginés no se fue sin pelear, dio el mejor segundo tiempo que pudo, aunque se va con el sinsabor del arbitraje, mientras que Alajuelense, está a dos juegos de la 30, se ve cerca, pero por lo mostrado anoche el título se ve sufrido y lejano.

Los manudos entraron a la vuelta en su casa apretando clavijas y ya a los ocho minutos se adelantaron en el marcador luego de un remate de Alonso Martínez en las afueras del área.