Doña Berta Ramírez amaba tanto al Club Sport Herediano que se las ingenió para seguir alentando a su equipo desde el más allá.
Poco antes de morir le encomendó a uno de sus bisnietos una tarea que la familia ha cumplido al pie de la letra desde que ella falleció en el 2012, a sus 96 años.
"Ella estaba muy bien de salud, pero un día de pronto le empezó a doler el estómago y nos dijo que la lleváramos al hospital. Ella me dijo que sabía que se iba a morir y me dio una lista con dos cosas por hacer.
"Me pidió que al morir la envolviéramos con una bandera de Heredia en el ataúd, unos familiares se encargaron de hacer eso. Lo otro que me dijo, porque esa fue la época de la sequía (el Team no ganó títulos entre 1993 y 2012), es que cada vez que el equipo llegara a una final le pusiera una bandera en la tumba", recordó Diego Quesada, el bisnieto que recibió el encargo de la fiebre rojiamarilla.
Quesada empezó a cumplir esa promesa ese mismo año, en el 2012, cuando el Herediano enfrentó al Santos en la final y se coronó campeón del torneo, Después de eso, el Team ha llegado a siete finales más, en las que el lugar de reposo de doña Berta siempre se ha teñido de rojiamarillo.
"La primera vez fui yo solo, luego un tío me dijo que quería ir y después se empezó a hacer una tradición en la familia. Lo que hacemos cuando llega la final es poner un mensaje para ver quién quiere llegar", explicó.
Este campeonato no fue la excepción, el pasado sábado, un día antes del juego de vuelta de la final ante Saprissa, cinco familiares fueron al cementerio Municipal de Heredia a cumplir con el deseo de la florense.
"Al inicio solo poníamos una banderas, después empezamos a llevar globos y otras cosas. Muchas veces decorábamos y rápido se robaban las cosas, pero ahora los mismos guardas cuidan", contó.
Diego recuerda que su bisabuela fue una de las primeras mujeres en ser socias del Herediano y asegura que una de las herencias que le dejó a toda su familia fue la pasión por los colores rojiamarillos.
"Me da mucha alegría poder cumplir con su deseo porque todas las generaciones le debemos a ella el amor por el equipo. Ella era una persona que vivía esa pasión. Cuando jugaba Heredia alistaba gallos porque todos pasábamos por su casa (vivía cerca del Rosabal Cordero). Cuando ganábamos se ponía muy feliz, pero cuando perdíamos hasta se enfermaba", confesó Diego.
Y a como pinta la cosa, la familia de doña Berta seguirá visitando muy seguido este cementerio en las próximas finales.
Otras más
Según Juan José Carmona, administrador del cementerio Municipal de Heredia, unas cuatro familias más dejaron en las tumbas algún artículo del Team.
"El domingo, el día de la final, como unas 50 personas vinieron con la camisa del Herediano y con banderas a visitar a sus familiares.
"Algunos decían que venían para pedirles la fuercita para el equipo", recordó Carmona.
Jafet Soto, director general del cuadro rojiamarillo, aseguró que el gesto de la señora es un ejemplo más del amor que los aficionados le tienen al equipo.
"Es un detalle de una fidelidad que va más allá de la vida, es algo que nos enseña a todos muchísimo", comentó el florense.