El delantero Ariel Rodríguez reconoció que para él, como para los aficionados morados, el torneo fue un sube y baja de emociones.
“Fue un torneo muy difícil para mí, fueron muchas las lesiones que tuve, pero esto es fútbol, trabajé y me preocupé por hacer las cosas bien”, agregó.
El Samurai le dedicó el título 36 a los aficionados, quienes desde sus casas apoyaron al campeón nacional.
“Siempre pienso en dar lo máximo y gracias a Dios se me da la bendición de anotar. Le agradezco a la junta directiva por abrirme las puertas. Nos pusieron por el piso, pero nos pudimos levantar.
“Mi camisa dice: ‘Se repartieron todo, pero se les olvidó que estábamos vivos’. Soy morado y espero poder retirarme en este club, que es el más grande”, manifestó.